“Lo que se hizo fue muchísimo, decimos que el Hospital estaba en el tercer subsuelo, todavía no llegamos a la planta baja pero cada vez estamos más cerca”, graficó Pascual, quien entre varias menciones, precisó que “se construyó nuevo el sector de admisión, con seis camas y una sala de yeso. Para un sector de urgencias es fundamental tener una sala de yeso cerca, antes nos quedaba a 150 metros”.
A su vez, comentó que “en la guardia se reemplazó lo que se llama el “nebulizadero”, que es un sector que de antaño se venían a nebulizar los pacientes asmáticos, pero después, la demanda constante de pacientes, hizo que tengan pacientes internados. Eran unos asientos de madera, los pacientes dormían sobre tablas, y ayer se inauguraron seis sillones que reemplazaron a los viejos bancos”, y agregó “mejoramos mucho el confort y ahora van a estar solamente los pacientes, antes estaban acompañados, hoy están aislados”.
“Formamos un gran equipo a lo largo de la pandemia”
Por su parte, el codirector del hospital, Darío Barrios, precisó cómo se trabaja en el área COVID-19 que tiene como cabecera el sector del hospital Modular, el cual precisó cuenta con 76 camas disponibles, de las cuales 24 se encuentran adaptadas para internaciones de terapia intensiva.
“Esta área es exclusiva de pacientes con enfermedad COVID en situación crítica, son aquellas personas que en evolución de neumonía COVID los lleva a necesitar un respirador mecánico que solamente le puede brindar terapia intensiva”, relató Barrios, y destacó que “24 camas –de terapia- tienen equipamiento que amerita ese lugar, respiradores, monitoreo multiparamétrico, monitoreo de oxigenación y un equipo de salud de enfermería, médicos, kinesiólogos y personal que hace la limpieza en el lugar estratégico”. “Es un gran equipo que se formó a lo largo de la pandemia, un equipo multidisciplinario”, aseguró.
En relación a la cantidad de médicos terapistas disponibles, algo que en un principio se había presentado como un flagelo por su escasez, el codirector aseguró que hoy se cuenta con entre 10 y 12 profesionales del sector. “El Perrando antes de la pandemia tenía la terapia intensiva polivalente, de ese equipo de expertos especialistas, un grupo fue a trabajar en COVID solamente, y a ese grupo de personas se le fueron agregando otras especialidades como anestesistas para ser conducidos por expertos, que son los intensivistas”, contó.
Sobre ello, señaló que el trabajo del terapista es una especialidad con baja demanda: “Siempre se dijo que esta pandemia vino a visualizar algo que ya se venía observando, que era la cantidad insuficiente de expertos en terapia intensiva que hay en el país. Por eso ahora que se tuvieron que abrir nuevas terapias se vio la falta de estos expertos”, y explicó que “en terapia intensiva el estrés y las habilidades que desarrollas son muchas porque tienen que enfrentarse a situaciones cambiantes todo el tiempo, que involucra al paciente en sí, su entorno, sus familiares y otros equipos de salud. Hay muchos intensivistas que en el desarrollo de su especialidad, después de determinada cantidad de años puede vulnerarse su salud mental, por lo tanto comienza a buscar alternativas para disminuir el trabajo en terapia intensiva”.
Sobre la vacunación, Barrios aseguró que “sabemos que es necesario y mandatorio que se pueda vacunar prácticamente por encima de un 70% de la población general para poder tener una inmunidad de rebaño, y de esa manera disminuir a valores que es lo que hiciéramos para evitar la circulación viral”, aunque advirtió que “una de las cosas que todavía no se sabe es si el virus va a continuar la transmisibilidad o nuevos cambios como cepas nuevas, o si la vacuna va a hacer que se corte definitivamente, puede ser que tengamos que continuar con un modelo tipo influenza que se modifica la vacuna todos los años”.