que se está trabajando para impulsar un nuevo proceso de licitación de la Hidrovía Paraguay-Paraná por otros 30 años, con riesgo 100% privado. También mencionó que los pliegos de bases y condiciones estarían listos para finales de este año, y que para el año próximo estaría finalizado el proceso licitatorio.
Esto parece ser una buena noticia, pero cabe preguntarnos cuáles serán las condiciones de dragado que serán establecidas por la Dirección de Vías Navegables, ya que es fundamental atender a los procesos naturales del río para evitar que el servicio se encarezca innecesariamente. Este se encuentra en constante movimiento, es un sistema dinámico con sus propias particularidades y regulaciones. Por ejemplo, dragarlo más allá de sus profundidades naturales podría llevar a que el curso de agua compense la intervención humana, ya sea modificando la forma en que el material flotante se mueve, los lugares donde termina reposando y sedimentando, o la velocidad del flujo, lo que afectaría la navegación en la Vía Troncal. También es crucial estar atentos a sus costas, ya que cualquier cambio en el discurrir del agua repercutirá en ellas.
Por otro lado, el ambiente es un delicado equilibrio entre una miríada de componentes bióticos y abióticos, y cualquier alteración, por pequeña que parezca, puede tener consecuencias predecibles en el corto plazo, pero totalmente incalculables en el largo plazo. Estas alteraciones afectan inevitablemente a la vida animal y vegetal, que ve modificado su hábitat y las condiciones ambientales en las que viven. Y a diferencia de los humanos, estos seres carecen de la capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios acelerados del entorno.
Por ello, necesitamos tomarnos un respiro, hacer una pausa y analizar correctamente lo que se propone. Esto no es una manifestación en contra de la licitación, sino más bien un llamado de atención para que quienes estén a cargo de elaborar, revisar y aprobar los pliegos, tengan en cuenta la magnitud de la obra. Y no es para menos, ya que se prevé que la concesión sea por 30 años, algo más del equivalente a un tercio de una vida humana.
Surgen, entonces, nuevos interrogantes: ¿cuáles serán los mecanismos de control que se reservará el Estado Nacional sobre el concesionario? ¿Cuáles son las posibilidades reales de renegociar la concesión una vez otorgada a un privado? ¿Cuáles serán los motivos y los mecanismos para que el Estado pueda finalizar anticipadamente la concesión de la Hidrovía?
Una concesión tan prolongada necesita ser lo suficientemente flexible para corregir defectos que se vayan detectando en los años posteriores a su inicio, o para permitir modificaciones en los pliegos o contratos posteriores que requieran ser revisados. Porque, como ya se mencionó, el río es una entidad dinámica que constantemente presenta novedades para la navegación, y más aún cuando se adapta para compensar las intervenciones humanas.
Finalmente, algo que genera inquietud en las comunidades situadas al norte de las grandes terminales graneleras del Gran Rosario es que se ha indicado que la concesión se hará en tramos.
¿Qué significa esto? Muchos esperan que sea una oportunidad para negociar el dragado y mantenimiento del tramo Santa Fe – Confluencia, e incluir los accesos a puertos como los de Santa Fe y Barranqueras. Esto sería una excelente noticia para el federalismo, pero dependerá de los gobernadores lograr que las gestiones sean exitosas. Solo queda instar a los mismos a no bajar los brazos y a seguir trabajando por una Argentina más equitativa, donde los puertos puedan operar en igualdad de condiciones y competir en pie de igualdad”.