Si bien la actividad en la provincia comenzó hace un tiempo relativamente corto, la producción chaqueña de frutillas continúa creciendo de la mano del empuje de productores del interior que se van sumando, pero fundamentalmente en virtud del convenio firmado entre la multinacional agroalimentaria española “Danone” y el gobierno provincial.
Así lo destacó Héctor Morales, uno de los empresarios del sector que forman parte del programa quien estimó que, en 2022 desde la provincia salieron cerca de 3 toneladas de frutilla para abastecer a la industria yogurtera, pero en 2023 “podrían ser más de 5 toneladas”. “A pesar de las vicisitudes del tiempo, con los cambios contínuos que hacen que en octubre tengamos frío en la región, tenemos buenas perspectivas para lo que resta de la campaña así que esperamos poder aumentar la producción este año”, planteó.
La producción local se realiza, básicamente, en terrenos chicos, que por sus dimensiones requieren ser regados de manera artificial y no dependen de las lluvias que puedan producirse en la zona. Incluso, es “mejor si no llueve”, describió Morales y apuntó que si no se producen precipitaciones la campaña de la frutilla “es mejor” porque se evita la proliferación de hongos, por ejemplo.
Las frutillas comenzaron a plantarse hace alrededor de una década y la actividad genera cada vez más adeptos. “La verdad es que viene muy bien, nosotros vendemos directo gracias al programa que hizo el Gobierno del Chaco con la empresa Danone, donde tenemos las puertas abiertas de la industria para entregar directamente sin intermediarios”, remarcó. “En esta época del año, estamos con mucha frutilla y el mercado está saturado, por eso este programa es una escapatoria; pero además comercializamos directo con el cliente, entregamos a la fruterías o vamos a las ferias”, describió.
Política de Estado
El cambio de signo político en la provincia, decidido en las urnas el 17 de septiembre pasado, genera expectativas en los productores y también cierta incertidumbre sobre la continuidad de programas como el que permite potenciar esta actividad en particular. “El convenio funciona como una ayuda a los pequeños productores y, en verdad, viene muy bien: lo inició el gobierno de Jorge Capitanich, pero creo que sería bueno que esto continúe porque requiere mucha mano de obra y genera fuentes de trabajo”, consideró Morales.
En ese sentido, añadió que si bien en las campañas electorales se dicen muchas cosas, y se deja entrever que algunos espacios políticos están “enfrentados” al campo, lo que pasa en este sector viene a desmitificar esa supuesta “mala relación”. “El mundo del campo es muy grande, hay productores de soja que tienen 20 o 30 mil hectáreas, y estamos los productores chicos del cinturón verde; pequeños y grandes ganaderos, así que nunca van a estar todos contentos”, reflexionó.
Sin embargo, destacó que siempre fueron “bien atendidos” e insistió con que “al campo hay que acompañarlo: si es así, el productor invierte, genera mano de obra y eso hace un ida y vuelta que favorece a toda la provincia”, cerró.