Destacan la necesidad de continuar estudios a largo plazo, incorporar nuevas técnicas de muestreos y ampliar las áreas de estudio para trabajar a escala regional.
Los patógenos infecciosos, incluidos los parásitos, son componentes comunes de la vida silvestre y producen un gran impacto en la fisiología, la ecología y la evolución del huésped.
En particular el estudio de los parásitos en los primates silvestres reviste relevancia dada su importancia ecológica en los bosques tropicales y subtropicales del mundo.
Pero en Argentina, si bien existe una rica producción científica en primatología, los registros de diversidad de parásitos y su interacción con los primates y el medio ambiente son aún escasos para las cinco especies que habitan en el país.
En ese contexto, un grupo de especialistas consideró necesario recopilar el conocimiento disponible sobre parásitos y otros agentes infecciosos de cada especie de primate en Argentina, con el objetivo de apoyar los estudios de primatología con un enfoque de conservación y salud pública.
El estudio fue realizado por Martín Kowalewski, Rodrigo Bay Jouliá y Lucila Citón, de la Estación Biológica Corrientes, dependiente del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (“CECOAL”, CONICET-UNNE) y Gimena Illia y Luciana Oklander del Instituto de Biología Subtropical (IBS-CONICET de Misiones). Tanto Gimena Illia como Martin Kowalewski, son docentes de Ecología del Comportamiento, en FACENA-UNNE.
Se relevó información sobre las especies “Caí negro” (Sapajus nigritus cucullatus), “Caí de las Yungas” (Sapajus cay), “Aullador negro y dorado” (Alouatta caraya), “Aullador rojo” (Alouatta guariba clamitans) y el “Mirikiná” (Aotus azarae).
“Es necesario incrementar el conocimiento sobre parásitos y enfermedades infecciosas y sus consecuencias en los primates de Argentina, desde un enfoque de Una Salud”, el cual considera que la salud humana y la salud de los animales está interrelacionada con la salud del ambiente, según se destaca en las conclusiones del estudio cuyos resultados fueron publicados en la revista “Current Tropical Medicine Reports” editada en Suiza, con gran prestigio internacional.
CONCLUSIONES
De acuerdo con lo observado en el trabajo realizado desde el CECOAL y el IBS, los estudios en parasitología están creciendo entre los primatólogos de Argentina, aunque se requieren profundizar investigaciones en algunas cuestiones específicas.
Cuatro de las cinco especies de primates en Argentina cuentan con al menos un estudio en parasitismo o enfermedades infecciosas de poblaciones en libertad.
La especie más estudiada es Alouatta caraya similar a otras especies de Alouatta de América Latina, siendo Alouatta el género mejor estudiado de primates neotropicales.
En el caso de la especie Alouatta guariba clamitans, la falta de información sobre parásitos y otros patógenos infecciosos (excluyendo fiebre amarilla) está relacionado con su actual estado de conservación en el país, lo que dificulta la obtención de datos sobre sus parásitos y enfermedades.
En cuanto a los grupos de parásitos (endoparásitos y ectoparásitos), hay más estudios relacionados con parásitos gastrointestinales que con parásitos sanguíneos y ectoparásitos.
Este escenario se repite en primates neotropicales y puede estar relacionado con la metodología de muestreo. Mientras que los estudios de parásitos gastrointestinales utilizan técnicas no invasivas (como recolección de muestras fecales), los estudios con parásitos sanguíneos o ectoparásitos requieren la captura y sedación de los individuos.
Al respecto, en el artículo publicado en “Current Tropical Medicine Reports”, se explica que diferentes razones pueden no permitir la captura de animales, lo que dificulta la obtención de datos sobre sus parásitos y otras enfermedades.
Pero afortunadamente, están surgiendo nuevas técnicas que permiten el análisis de una nueva gama de patógenos que antes no se consideraban para estudios no invasivos, a partir de muestras fecales y la detección de virus que se eliminan por vía oral de las plantas desechadas por los monos durante la búsqueda de alimento.
RELEVANCIA DE LOS ESTUDIOS
“Los estudios que involucran comunidades de patógenos en las poblaciones de primates son importantes para comprender las asociaciones entre primates y parásitos y su implicación en el comportamiento, la ecología y las rutas de transmisión de los primates” se remarca en la publicación.
En ese aspecto, se menciona que la relación filogenética entre humanos y primates facilita el posible intercambio de parásitos y otros agentes infecciosos.
En Argentina, los aulladores son centinelas de la salud del ecosistema debido a su sensibilidad letal a la fiebre amarilla, lo que sirve como alerta sobre posibles brotes de esta enfermedad que puedan comprometer tanto la salud humana como la conservación de otras especies amenazadas que viven en simpatía.
El conocimiento sobre qué parásitos están presentes en las poblaciones de primates permite una mejor comprensión de las poblaciones silvestres y la ecología de las enfermedades, y al mismo tiempo, estos esfuerzos proporcionarán información esencial para evaluar estrategias de conservación y gestión bien diseñadas para estas especies o regiones forestales.
RECOMENDACIONES
En base a los resultados del estudio, el grupo de especialistas de la EBCo y el IBS recomiendan a los primatólogos que continúen con los estudios parasitológicos en los sitios de estudio a largo plazo actuales.
También ampliar las áreas de estudio para trabajar a escala regional.
Si es posible, se propone incluir técnicas moleculares para una identificación de parásitos más sensible y específica, lo que permitirá una mejor comprensión de la ecología del parásito, la transmisión y la asociación huésped-parásito.
Cuando se encuentran animales muertos, se sugiere realizar necropsias para mejorar las encuestas que utilizan técnicas no invasivas, en tanto se plantea incluir un análisis de las comunidades de parásitos en áreas donde los primates viven en simpatía.
Finalmente, consideran crucial mejorar los estudios eco-epidemiológicos en todas las especies de primates de Argentina para evaluar el estado de salud de las poblaciones y las vulnerabilidades a los patógenos con un enfoque de Una Salud, es decir que los estudios de salud de los primates y los esfuerzos de conservación incluyan el monitoreo de la salud ambiental y la participación de las políticas sociales y políticas humanas.