El inventor de este cuento denunció en la Comisaría Primera de Resistencia, dijo que ayer había sido víctima de un robo a mano armada. Informó que en Obligado al 1700, le robaron 200 mil pesos en efectivo, una billetera con 2mil pesos y varias tarjetas de crédito, débito y prepagas. Pero nada más alejado de la realidad.
Los efectivos fueron a investigar el lugar del hecho, revisaron las cámaras de seguridad de un Rapipago cercano y las del Kiosco en el que la supuesta víctima trabaja. En ninguna grabación pudo verse algo extraño, ni nada parecido a un robo a mano armada.
Después de recabar varios testimonios de vecinos y personas del lugar, los policías seguían sin pistas sobre el robo, nadie había visto nada. Fueron hasta la casa de la madre de la víctima a preguntarle sobre la desaparición de esos 200 mil pesos, pero la mujer tampoco tenía idea de lo que había ocurrido.
Más tarde, los agentes fueron hasta la casa del denunciante y este cambió sus testimonios, mencionó la sustracción de documentaciones y dio más detalles de lo sucedido. Los efectivos volvieron al lugar de los hechos, revisaron otras cámaras de seguridad, pero no había nada relacionado al robo.
Esta madrugada, el hombre de 30 años confesó que el hecho nunca ocurrió, que se inventó el robo porque tenía varias deudas, que los 200 mil pesos nunca existieron y que las tarjetas y documentaciones las había tirado él mismo en un basural sobre avenida Nicaragua entre Arribálzaga y Urquiza.
Al final la Fiscalía dispuso que se inicien las actuaciones pertinentes por “Supuesta Infracción al Artículo 245° del Código Penal Argentino – Faso Denunciante”.