Más allá de toda su trayectoria pública (fue bibliotecaria, catequista, madrina de Guerra acompañando a la familia y a nuestros Soldados Héroes de Malvinas, su trabajo en el Coro Santa Cecilia, en las comunidades religiosas del Colegio María Auxiliadora, Nuestra Señora de Pompeya, Parroquia de Villa San juan, etc), fue un ser extremadamente comprensivo, solidario y comprometido con su comunidad, con sus familiares, con sus amigos. Y por sobre todas las cosas una “madraza” de sus tres hijos, (Maria Marta, Alejandro y Alberto, periodista y colaborador de este medio) y una compañera inseparable de su esposo, el agrimensor Argentino Solís Bonastre con quien estuvo unida por más de cincuenta años de matrimonio y amor incondicional.
Su familia, amigos, conocidos, vecinos y todos quienes la quisimos, la queremos y la amamos, la recuerdan hoy con una lágrima por su ausencia física, una oración, pero también con una sonrisa de esas que ella nos enseño a dibujar en el rostro aún en los momentos más difíciles y dolorosos de la vida. Porque ante todo, mi Madre fue, será y es un ser bueno, un Alma Solidaria de un enorme corazón.
Gracias Mamá, te extrañamos mucho. siempre en nuestros corazones, en nuestras obras y en nuestros mejores pensamientos”.
Sus hijos Maru, Ale, Alberto. Sus hijos del alma Laura y
Pablo. Su esposo Argentino.