El delincuente sustrajo un teléfono celular el domingo al mediodía. La Policía analizó cámaras de seguridad para obtener su identidad. Además, el dispositivo de rastreo remoto que llevaba puesto lo ubicó en el escenario del robo. Utilizaba la motocicleta de su padre.
Un motochorro finalizó detenido el día después de cometer un arrebato en pleno centro de la ciudad de Corrientes. Para saber que fue él, la Policía hizo un trabajo con análisis de filmaciones de cámaras de seguridad y el rastreo de una tobillera electrónica que el malviviente lleva colocada, porque la Justicia lo obligaba a respetar una orden de restricción perimetral.
Para cometer el robo de un teléfono celular, el ladrón utilizó la motocicleta de su padre, la cual pidió prestada y devolvió después de registrado el ilícito.
Mediante dos allanamientos, la Unidad Especial Antiarrebatos atrapó al sospechoso en el barrio Pío X e incautó el vehículo de un domicilio del barrio Colombia Granaderos.
Diego Hernán G., alias “Pinki”, quedó imputado en el delito sufrido por una mujer el domingo al mediodía en la intersección de las calles Córdoba y San Martín.
Aquel día, un hombre sobre una moto Honda Biz sustrajo el dispositivo móvil y emprendió la fuga en dirección a la avenida 3 de Abril.
La persona damnificada radicó la denuncia pertinente. Luego aportó datos acerca de la presunta ubicación del celular mediante la señal enviada desde su geo localizador.
El sistema marcó al barrio Pío X como lugar donde el aparato dio la última señal.
Sumado a esa información, los detectives de Antiarrebatos obtuvieron registros de video de las cámaras monitoreadas en la División 911.
En las imágenes pudo apreciarse características puntuales, tal como el color de la moto, su patente y la fisonomía del ladrón a quien no tardaron en reconocer.
Como dato extra supieron que el sospechoso debía contar con una tobillera electrónica por disposición judicial para que respete una restricción de acercamiento hacia una mujer víctima de violencia de género.
Lo que hicieron los investigadores, a cargo del comisario inspector Enrique Lacuadra, fue recurrir a la sala de seguimiento dependiente del Ministerio de Justicia y, efectivamente, el geolocalizador de “Pinki” lo situó en el escenario del robo.
Con la evidencia, el Juzgado de Garantías permitió realizar dos allanamientos. Uno en la vivienda del sospechoso, ubicada en Pasaje Campana al 1100 y otra en casa de su papá. Con apoyo del Grupo de Intervención Rápida y del Destacamento San Marcos detuvieron al acusado de ser un motochorro y secuestraron ropas similares a las que registraron las cámaras.
En el inmueble de su familiar hallaron la motocicleta Honda Biz identificada con la patente que figura en la prueba fílmica.