“Vivo amenazado y temo por mi vida. Me dijeron que si ésto trascendía iba a ser fulminado”, alertó el joven de 31 años. Un relato impactante.
Dos efectivos pertenecientes a la Unidad Especial GTO de la Policía de Corrientes quedaron detenidos por orden de la justicia y pasados a disponibilidad por orden del ministro de Seguridad Buenaventura Duarte, imputados por vejámenes y torturas, infringidas a un cabo de la fuerza, todos con prestación de Servicios en la localidad de Juan Pujol.
Adrián, el cabo de la policía de 31 años, comentó que está inseguro y teme por la seguridad de mi familia en una entrevista exclusiva en los estudios de Radio Dos. “Nunca viví algo así, estuve en el Ejército tres años, vine a Corrientes, dejé el profesorado para estar en la Policía, para salir adelante y a tres meses de estar activo me pasa esto”, relató. “Es algo que me supera todos los días, nunca esperé que mis propios camaradas me hagan esto, es difícil de superar”, agregó.
“Llegué con todas las ganas de aprender muchas cosas, nos enseñaron mucho de leyes y hoy estoy sin ganas”, expresó. Asimismo Adrián relató que el 28 de diciembre se recibió y participó del operativo del Gaucho Gil en enero. “El 28 de enero nos piden que nos reunamos y el 15 de febrero nos piden que cuidemos un predio en San Francisco, en el interior. Ahí fuimos instruidos en manejo de armas, proceder a una detención y a un operativo”, detalló.
“Juan Pujol es el primer destino fuera de Capital que me tocó, hacíamos control de personas, vehicular, operativos, todo empieza en una instrucción con este oficial, estábamos haciendo una práctica de un procedimiento, esta con un compañero, y me dice ‘dalsi estoy gastando saliva’ ‘yo tengo apellido, le digo’ y me dice ‘usted es dalsi, no quieras sacar a la bestia’, y después viene un comisario y me dice que se me pone un sobrenombre porque en los operativos o se nos llama por el apellido” describió.
Al mismo tiempo, el cabo de policía, mencionó: “eso fue en la parte de atrás, del destacamento de Juan Pujol, el día jueves 28 de marzo, me levanto de mi siesta, el sargento y el oficial estaban injiriendo bebidas alcohólicas y había otros efectivos que no estaban tomando”; y añadió: “me decía que yo no merecía estar ahí, que iba a hacer algo para que me echen de la fuerza, era solo conmigo, con los demás estaba bien, bromeaba, pero cuando yo le hacía una broma cambiaba la cara”.
En ese mismo sentido, Adrián, recordó: “el 7 de marzo mi madre cae con dengue y le avisé que mi mamá estaba así, me voy a la salita del barrio para que le hagan un certificado, y voy a juan Pujol, entregué este certificado y me dicen que pasados esos 7 días me tengo que presentar a la Comisaría, y le pido al Jefe permiso para presentarme un jueves, no el viernes como debía, y me confirma después de unos días que me presente solo en guardia, me comunico con el sargento y le digo que solo me presente en la guardia no en los días que me corresponde”.
De cómo fue el hecho, el cabo de policía, detalló: “el 28 de marzo me presento en la guardia, a la noche a un oficial de servicio le comento que quiero cambiarme de guardia, porque no me sentía cómodo, me hablaba mal, me incomodaba, me maltrataba, me hostigaba”. En ese marco, contó que “después me hacen entrar a la comisaría y me preguntan por qué me quiero cambiar y le digo que no tengo afinidad con él, que es solo conmigo el trato y no con los demás. Mis compañeros me dijeron que estaba bien que diga lo que siento”.
Al mismo tiempo, Adrián contó: “me levanto de la siesta, estaba todos ahí, el Oficial me dice que me siente cerca de él, y me siento entre los dos oficiales, me preguntaba cuál era mi inconveniente, y le digo que yo estaba bien con los demás, que no tenía nada que decir, y el comisario me dice que le molestaba que yo murmuraba en el momento de la bendición de la comida,
Además, el cabo, relató: “el sargento se va para atrás, después sale, me mete un sopapo en la nuca, yo me quedé aturdido, y me dice ‘tenes que aprender a callarte’ y me da otro sopapo, y se ríe, el sargento se e pone de frente, me dice que tengo que aprender a sufrir, que no soy mejor que nadie, y me sigue pegando, me quiero levantar, y me toma las dos manos, después el otro oficial me saca el arma, y me esposa de las manos”; y puntualizó: “luego empiezan los forcejeos, el sargento me baja el cierre, me tira hacia atrás, y le suelto la mano, me tocó mis testículos, y mi parte inguinal, me tiraban del tendón, me manoseó, yo mientras gritaba, y lloraba”.
“Antes les pidieron a las oficiales femeninas que se vayan, que no podían ver eso. Otros compañeros se quedaron, prendieron la bomba, abrieron la manguera y me tiraron al piso, gritaba y le decía que me dejen por favor, me mete la marguera en la boca, pedía auxilio, me decían que me dé de baja, y las oficiales femeninas le dijeron que paren, que había que cocinar y le echaron” mencionó.
Asimismo, detalló: “después me levantaron, yo forcejeaba, me llevan a la ducha, yo temblaba de frío, lloraba, me ponen sopapos en la cara y me pegaban, me sacaron la jerarquía del pecho, me daban piñas, me insultaban, que me vaya de la división, y me baja el pantalón, y me empiezan a tocar”.
En ese mismo sentido, Adrián reveló: “cuando yo era chico fui abusado, y reviví todo eso que ya sentí, me atormenta revivir todo esto, ahora duermo y suelo todo y no me sale la voz”; y añadió: “cuando yo le digo que fui abusado el comisario me dice que quién fue, que le iban a ir a buscar, el oficial me decía que yo era un sorete, una mierda, y que en la próxima guardia iba a estar yo solo, y me iban a poner en el tacho, y que no diga nada porque me fulminaban”.
La causa está caratulada como vejámenes pero se intentará ampliar la imputación para incluir el abuso, anticipó el abogado Briend. El video de los hechos ha sido clave en la investigación.
“Me dejaron solo, me sacaron las esposas, y me quedé en el baño, me bañé, quedé traumado, y ellos seguían como si nada pasó, después me dicen ‘vos solo buscaste que te hagamos eso, vos tenías que integrarte’ y le digo que no, que yo no tengo que contar nada” remarcó.
Por otro lado, si quiere seguir en la Policía, el cabo, dijo: “entré con ganas de progresar, de acompañar económicamente a mi mamá, de devolverle un poco de todo lo que ella me dio, quería estar en la policía, pero hoy por hoy no quiero nada”; y destacó: “que no digan que es un bautismo de bienvenida, para nada”.
De cómo está anímicamente, Adrián, describió: “no duermo, no como casi nada, le pedí al doctor para que me asistan para poder viajar, temo por mi seguridad, hoy en día por mi futuro no puedo decir nada, me quitaron las ganas de seguir, de soñar, y pienso por qué no seguí estudiando economía”; y manifestó: “todos los días pienso por qué me pasó esto a mí, por qué me quitaron las ganas de trabajar, yo hoy no puedo decidir nada con la situación que estoy viviendo, no sé qué hacer de mi vida”
Por su parte el abogado querellante Gustavo Briend, afirmó: “la caratula es por el delito de vejámenes, queremos agregarle algunas circunstancias, con todo lo que él declaró ayer, vamos a agregar el tema del abuso y otras cuestiones”.
Además, enfatizó: “sabemos que la fuerza se maneja de forma vertical, la responsabilidad continúa hacia arriba, hay obligación por parte de los funcionarios de informar esto y si hay omisión son parte del hecho”. En ese marco dijo que los policias “están detenidos y llegan al juicio detenidos, como debe ser”.
“Me llama la atención que estas personas están a cargo de un grupo especial, son funcionarios de avanzada en cualquier operativo, tienen personas a cargo y estoy muy preocupado por esto”, finalizó.