El Irupé es una planta acuática conocida por la belleza de sus hojas y flores, pero de limitada propagación por la dificultad de obtener semillas en su ambiente natural.
El Irupé o maíz de agua (Victoria cruziana A. D. Orb.) es nativa de zonas cálidas de Sudamérica, y se destaca por sus hojas redondas, muy grandes y flotantes en forma de platos, con flores también grandes y llamativas.
En particular es una planta emblemática de la flora de la provincia de Corrientes, donde se la encuentra principalmente en la cuenca del río Corriente y en áreas del Iberá.
En línea con una creciente demanda de plantas acuáticas con flores para fines ornamentales, también el Irupé fue ganando interés como especie decorativa en paisajes amplios, aunque también se la empezó a considerar por su valor científico y filogenético.
Pero la propagación de la planta, que se realiza de manera tradicional, se ve limitada por lo dificultoso de obtener semillas de los ambientes naturales.
Durante su ciclo reproductivo, del irupé emerge la flor y cuando es polinizada el fruto se encorva y se sumerge en el agua para continuar su desarrollo, dificultando su ubicación. En tanto, cuando el fruto está maduro se acerca a la superficie y libera las semillas favoreciendo su dispersión, pero en general esa época de maduración coincide con la bajante del río, por lo cual también se dificulta obtener los frutos y/o semillas por problemas de acceso en canoas o embarcaciones.
En ese contexto, desde la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE se gestó un proyecto para ajustar una metodología que posibilite la propagación de plantas de irupé superando las dificultades que existen con la propagación tradicional.
La premisa era determinar si sería factible la conversión a plantas de embriones de irupé extraídos de semillas de frutos inmaduros, estadío en el cual los frutos aún permanecen cerca de la superficie.
Recientemente, con un artículo publicado en la revista Bomplandia, se presentó un procedimiento exitoso para la regeneración de plantas de Irupé por cultivo in vitro de embriones extraídos de semillas de frutos inmaduros.
Se agrega que el empleo de frutos en estadios más avanzados permitió la obtención de un elevado porcentaje de conversión de embriones en plantas y mayor cantidad de plantas normales.
El estudio estuvo a cargo de la Ing. Agr. Graciela Terada (FCA-UNNE), el Ing. Eduardo Flachsland (FCA-UNNE), el Dr. Ricardo Medina (FCA-UNNE e IBONE), el Dr. Francesco Mignolli (FCA-UNNE e IBONE) y la Dra. María Laura Vidoz también de FCA-UNNE y el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE).
“Se trata de un procedimiento factible de ser empleado tanto para la micropropagación o para programas de restauración ambiental o mejoramiento de esta hermosa planta acuática” destaca en diálogo con UNNE Medios la Ing. Agr. Graciela Terada.
Detalles del trabajo
Para la investigación, se realizó el cultivo de embriones de frutos con seis estadios de crecimiento, hasta un máximo de cuatro semanas.
El empleo de frutos en estadios más avanzados permitió la obtención de un elevado porcentaje de conversión de embriones en plantas, mayor cantidad de plantas normales y menos anormalidades morfológicas, a la vez que se evitó la dormancia impuesta por la presencia de una capa impermeable, inhibidores químicos o embriones subdesarrollados, según se destaca en el artículo.
En los ensayos, para lograr la germinación se empleó un medio basal con reducción de sales, quizás porque el ambiente natural de esta planta son aguas claras.
Relevancia
La Ing. Agr. Terada comentó que otras experiencias de cultivo de irupé en Argentina y otros países registraron muy bajos niveles de germinación, mientras que en el procedimiento ajustado en la UNNE se logró un elevado porcentaje de conversión de embriones en plantas en los estadíos más tardíos del fruto.
En cuanto a la utilidad de la técnica, sostuvo que aporta una herramienta óptima para la propagación de plantas con fines comerciales de uso ornamental en jardines acuáticos. El cultivo in vitro posibilita la obtención de plantas en un período de cuatro meses, mientras la propagación tradicional puede demorar hasta un año, siempre que se logre la germinación.
Pero contar con un protocolo eficiente de obtención de plantas de irupé también es de relevancia para la preservación de la riqueza florística.
En esa línea, recordó que los incendios de los últimos años que afectaron áreas naturales de la provincia de Corrientes, como Iberá, donde se quemó casi la mitad de la cobertura vegetal del Parque Nacional, pusieron de relieve la importancia de preservar especies de la flora nativa.
El proyecto de propagación de plantas de irupé se enmarca en una línea mayor de investigación orientada al cultivo in vitro de especies ornamentales nativas que se desarrolla desde la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE.