El subsecretario de Ambiente y Biodiversidad Tomás Camarasa brindó detalles sobre la importancia y las diferencias de los corredores de biodiversidad en la provincia, tanto el Chaco Seco como el Chaco Húmedo, como así también la importancia de los mismos. “Un corredor de biodiversidad es una gran extensión territorial delimitada con la finalidad de proporcionar conectividad entre ecosistemas y áreas protegidas de manera que se evite la fragmentación del hábitat, la transformación del paisaje y el desmonte, como así también para generar dentro de este territorio pautas de vinculación con la naturaleza que sean amigables con el ambiente y con la conservación de los ecosistemas, propiciando la inclusión de las comunidades rurales, indígenas o criollas”, explicó el funcionario provincial.
Por decisión del Gobierno provincial, bajo la órbita del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible, actualmente se está implementando los planes de gestión ya aprobados de dos corredores: el de Chaco Seco que incluye aproximadamente 2 millones de hectáreas y que conecta varias áreas protegidas entre las que están el Parque Provincial Loro Hablador, Parque Provincial Fuerte Esperanza, Parque Nacional Impenetrable y también con todo el sistema Copo en Santiago del Estero que incluye Parque Nacional, Provincial y Reserva. Y en el corredor Chaco Húmedo que son aproximadamente 800.000 hectáreas, también trabajada dentro de la misma modalidad de gestión. Y por último se encuentra el sitio RAMSAR que son 508.000 hectáreas caracterizadas por la presencia de humedales, que están en la franja este de la provincia y que ya tiene su correspondiente Inventario de Humedales que divide el sitio en 19 unidades de paisajes diferenciadas.
Con respecto a la importancia de los corredores de biodiversidad del Chaco Seco como el Chaco Húmedo, Camarasa fue muy claro al expresar que “sirven para evitar la fragmentación del paisaje, para que la biodiversidad típica, tanto natural como cultural del Chaco, tenga espacio suficiente para desarrollarse, para generar pautas de arraigo y de permanencia de las comunidades en el territorio y para asegurar la prestación de los servicios ambientales y ecosistémicos que caracterizan al Chaco y que la provincia presta al resto de la humanidad”.
Por otra parte, puntualizó y dejó en claro las diferencias entre ambos, donde “el Chaco Seco es caracterizado por supuesto un menor índice de precipitación, una presencia de vegetación típica más espinosa, leñosa y dura, como así también fauna típica asociada como algunos monumentos naturales en esta región como el tatú carreta, el pecarí quimilero, el oso hormiguero; y el Chaco Húmedo hacia el centro y este de la provincia donde hay una mayor abundancia de precipitaciones y una vegetación típica de una región más húmeda por supuesto, también con su fauna asociada como el tapir, aguará guazú y el muitú”.
Asimismo, Camarasa fue contundente sobre los objetivos que tienen los corredores de biodiversidad en la provincia. “Asegurar la conectividad entre paisajes, evitar la fragmentación del hábitat y disminuir, desacelerar y hasta hacer desaparecer la incidencia del desmonte en estos corredores que son la principal amenaza a la biodiversidad chaqueña y la principal contribución al cambio climático en la provincia”, finalizó.