Era febrero del año 2022 cuando recibimos en el Centro de Rescate de la Estación Biológica de Corrientes una cría de oso hormiguero gigante. Con casi veinte años de trabajo con la especie y más de 140 ejemplares rescatados, nunca habíamos visto semejante caso de abandono y desidia.
Su aspecto era tan impactante que hasta costaba reconocerlo como un oso hormiguero: pesaba cinco veces menos de lo normal para su edad, tenía literalmente la piel pegada a los huesos, por lo que podíamos contarle las costillas a simple vista, y a causa del estrés había perdido casi todo su pelaje.
El panorama no era el mejor: desnutrición severa y estrés crónico, un combo letal para muchos. Pero algo contrarrestaba la angustiante situación y eran las ganas de vivir que mantenía a pesar de todo.
El oso hormiguero gigante “Huesitos” recién llegado al Centro de Rescate de la Estación Biológica de Corrientes, en estado crítico de salud. Foto: Rewilding Argentina
“Huesitos”, como fue bautizado, se entregó sin resentimiento al cuidado que le ofrecimos. Con el pasar de los meses, esas ganas de vivir se fueron convirtiendo en kilos ganados y en pelo nuevo que iba cubriendo su cuerpo dañado.
Al cabo de un año de atención respetuosa y profesional, “Huesitos” estuvo listo para volver a la naturaleza. Con veinticinco kilos recuperados, un último chequeo y la colocación de un collar de seguimiento se marchó a su lugar de destino: los Esteros del Iberá.
Han pasado ya varios meses de su nueva vida en libertad. Con casi cuarenta kilos, lejos quedó aquel pequeño oso desnutrido y al borde de la muerte. Haciendo historia para su especie, hoy forma parte del plantel fundador de una población en crecimiento en la provincia de Corrientes.
“Huesitos” recuperó el peso y su pelaje matizado de grises, y también algo más importante: el derecho a vivir seguro en la naturaleza, algo que nunca debió haber perdido.