El objetivo es que quienes desempeñan esta especialidad lo hagan en un ambiente adecuado y sean profesionales formados científica y profesionalmente para tal fin.
La iniciativa Nº1204/2023, impulsada por los diputados Rodrigo Ocampo, Mariela Quirós y Nicolás Slimel, busca la sanción de una Ley de Especialidades Médicas que delimite las incumbencias en cada área, lo que habilita a médicos y profesionales no médicos sin la capacitación y acreditación adecuada a realizar cualquier tipo de tratamiento, dado que con el avance del conocimiento y la tecnología, la especialización se convirtió en una exigencia en el mundo de la excelencia médica.
En esta línea, dispone que el ejercicio profesional de la medicina estética será libremente ejercido en forma exclusiva por los médicos con especialidad y/o posgrado en medicina estética, tanto en el ámbito público como privado.
Y que para ello deberán realizar la inscripción y/o habilitación para el ejercicio de la profesión, cuyo control y todo otro tipo de manejo de la matrícula respectiva, se realizará ante el organismo regulador correspondiente de los médicos y lo referente a la organización, capacitaciones, y todo lo referente a la actividad en particular de la medicina estética se coordinará a través de la Asociación de Medicina Estética de la Provincia del Chaco; que ésta ley reconoce como entidad representativa del sector.
“El estado debe garantizar a sus ciudadanos una medicina estética segura y eficaz, y la única manera de hacerlo es regulando y reconociendo la formación de los médicos que la ejercen, garantizando que los tratamientos sean realizados por profesionales formados, lo que se traduce en seguridad y eficacia para los pacientes”, argumentan los autores, quienes a su vez explican que “el intrusismo médico es el ejercicio fraudulento de una especialidad sin la experiencia, acreditación y certificación necesaria. La ley 17.132, de ejercicio de la medicina, aun cuando ha regulado la actividad de numerosas especialidades médicas, carece de previsiones relacionadas con las actividades desempeñadas por el médico esteticista”.
En tanto que al referirse al peligro de la realización de tratamientos estéticos invasivos, explican que en la actualidad “Una forma de reciente intrusismo es la publicidad de tratamientos estéticos invasivos por parte de profesionales no médicos, donde los pacientes acuden a estas consultas seducidos por publicidad engañosa, promesas de resultados mágicos, inmediatos, sin riesgos y a bajo costo, hacen crecer la demanda, lo que junto a la carencia de un organismo específico, favorece la realización de los procedimientos de medicina estética en sitios no acreditados o debidamente avalados por la autoridad competente y que no cumplen con los requisitos esenciales”.
Lo que como consecuencia de ello pueden dejar secuelas difíciles de reparar en las personas. “También es evidente que la ausencia de regulación puede motivar la explotación no ética ni científica de prácticas médicas estéticas, movilizadas primordialmente por el afán de lucro indebido de quienes los promueven o practican. Allí es donde surgen complicaciones en procedimientos que son muy frecuentes y deberían ser seguros, dejando así secuelas que suelen ser difíciles de reparar”, sostienen los legisladores