A partir de este aporte, el periodista correntino compartió con Agencia FOCO unas imágenes –a las que califica como “impactantes”- del río Corriente, reducido a su mínimo caudal. “A la altura del camping del municipio de San Isidro (ruta nacional 12, Km. 715), se puede cruzar el cauce caminando”, asegura.
A su vez, comenta que el caudal se interrumpe en muchos tramos y en otros, casi en el 85% del cauce original, “hoy sólo es arena, algo de vegetación y la biodiversidad está desaparecida”. “Consecuencias de las presas y estaciones de bombeos agrícolas aguas arriba y la sequía extrema”, concluye Vega.
El río Corriente o Aruharý (nombre en guaraní de este río, que significa “traedor/portador de agua”) es un pequeño río de la cuenca hidrográfica del río Paraná. Nace de la laguna de Itatí, la más austral de los Esteros del Iberá, y funciona como desagüe de sus 13 000 km² de humedales, en su curso desde el noreste hacia el sudoeste de la provincia de Corrientes, desembocando finalmente en el Paraná cerca de la ciudad de Esquina.
Normalmente, tiene unos 20 metros de ancho durante la mayor parte de su tranquilo recorrido, que divide la topografía correntina en una sección oriental, de relieve y suelo similar al entrerriano y una occidental más árida. La orilla occidental está formada por los llamados bajos del río Corriente, una zona de cordones arenosos que forman lomadas donde crece naturalmente un denso monte de malezas y palmeras, en especial la palmera yatay, aptos para el cultivo del tabaco (Nicotiana spp.) y los cítricos (Citrus spp.).