Murió Kiara la niña correntina que fue sometida a un trasplante de corazón en agosto. Ayer debió ser internada de urgencia en el Hospital Garrahan por complicaciones de última hora. Su madre, Laura Reyes, confirmó por redes sociales que la menor era atendida por los médicos y no pudieron hacer nada para salvarla.
Kiara tenía siete años y sufría una miocardiopatía dilatada. Permaneció en lista de espera para el trasplante por casi un año. Hasta que recibió el trasplante de corazón en agosto de 2022 en el Garrahan
La menor tuvo convulsiones en las últimas horas y de acuerdo con fuentes consultadas por El Litoral su cuerpo habría rechazado el corazón.
“Su estado es muy crítico. Pero ella es una luchadora. Oren por favor”, había escrito la madre en sus redes sociales. Pero minutos después confirmaba: “Kiara nos dejó. Falleció”.
La niña había recibido el alta médica. Dejó el Hospital Garraham, pero debía realizarse controles ambulatorios por los próximos seis meses. A los médicos les preocupaba un cuadro de convulsiones que la menor había tenido, pero que no volvió a repetirse hasta ayer.
El lunes pasado se sometió a una resonancia magnética de control y se esperaban los resultados. Pero en las últimas horas, Kiara tuvo complicaciones.
“Kiara el lunes (pasado) se someterá a una resonancia magnética por las convulsiones que había sufrido tras recibir el corazón, episodio que no se volvió a repetir. Ella está con constantes controles y gracias a Dios está estable”, había dicho la madre en declaraciones a Radio Sudamericana el viernes antes de Navidad.
Además, contó que “en febrero se cumplen seis meses de la operación que fue el 3 de agosto y todo depende de su evolución. Una vez por semana estamos yendo al hospital y le hacen chequeos generales”.
Ese día Kiara habló con los periodistas y les envió un saludo a todos los correntinos. En Yapeyú, su pueblo, sus vecinos y amigos buscaban globos para homenajearla cuando llegara a la localidad.
Hace más de un año Kiara, su mamá Laura y su hermana abandonaron Yapeyú, Corrientes, para que la más pequeña de la familia recibiera tratamiento en Buenos Aires por la miocardiopatía dilatada que sufría. Inmediatamente, se supo que la única alternativa de sobrevida era el trasplante e ingresó a la lista de espera del Incucai.
El día que apareció un corazón compatible, Laura estaba por retirar a su hija del colegio. Inmediatamente y tras el llamado de Dora Haag, jefa del equipo de Trasplante Cardíaco, se trasladaron al hospital donde comenzaría un procedimiento que duró más de 15 horas y que consiste en reemplazar el músculo enfermo por el órgano donado y ponerlo a funcionar.
Kiara preparaba una fiesta para cuando regresara a Corrientes. Ayer sus familiares y amigos la despidieron pero sin dejar de recordarla como una luchadora.
Fuente: El Litoral