Fundamentos de La iniciativa:
Los humedales son sistemas muy complejos y diversos que traen muchos beneficios para la naturaleza y para los humanos. Sirven al almacenamiento de agua dulce, evitan crecidas en ciudades costeras, ayudan en la protección contra tormentas, brindan recursos de pesca y agricultura y sirven para recreación y turismo, entre otras actividades, según biólogos del Instituto de Diversidad y Ecología Animal del Conicet. Estos grandes reservorios de agua dulce previenen inundaciones y son esenciales para la lucha contra el cambio climático.
Los humedales históricamente han sido ecosistemas que han sido cruciales en el desarrollo de las civilizaciones humanas en todo el planeta. Tienen una tradición de uso de miles de años. Argentina cuenta con más de 600.000 km² de humedales (21,5% de la superficie) Según explicaron los especialistas, los humedales son grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce, amortiguan los impactos de las lluvias y almacenan más carbono que ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático.
Los humedales almacenan más carbono que otro ecosistema en el mundo. En este momento de crisis climática, no podemos sacrificarlos bajo ningún tipo de circunstancia. Son importantes para la adaptación y mitigación del calentamiento global y existe una escasísima conciencia de la importancia que tienen para la vida, nadie sabe lo que es un humedal.
Hace décadas atrás los humedales estaban bien conservados, pero hace 30 años comenzó un proceso de pérdida y degradación por el avance agropecuario y urbano. Los humedales tienen una tasa de pérdida del triple que los bosques, Desde la Convención RAMSAR sobre los humedales, enumeran tres medidas a favor de los humedales: valorar el humedal como punto crítico de biodiversidad, sumidero de carbono y medio de subsistencia; no seguir drenando los humedales sino utilizarlos de forma racional; y re humidificar, reforestar y restaurar humedales.
En Argentina, la principal acción en la que se venía trabajando y que ha sido más reclamada por la sociedad civil ha sido avanzar en la sanción de una Ley de Humedales que, a partir de un inventario que clasifique las características y condiciones de cada humedal en territorio argentino, garantice la protección de los humedales definiendo qué tipo de actividades productivas se pueden realizar y como. Como dicen especialistas en biodiversidad, esta no es una ley que se opone a la producción – como ya ha alertado el sector productivo – sino que invita a pensar la producción de otra forma: en línea con sostener la integridad ecológica de los humedales, la protección ambiental, la conservación y el uso sostenible.
Es tiempo de una ley de humedales. La necesitamos ahora. Así lo entienden las más de 500.000 personas que adhirieron a una petición online en reclamo de una “ley de humedales ya”, que en este momento se dirige a alcanzar el millón de firmas. En 2020 la Argentina perdió miles y miles de hectáreas de estos valiosísimos ecosistemas a manos del fuego. Por eso necesitamos, como nunca antes, que 2023 sea el año del reverdecimiento, el año en que decidamos cuidar lo esencial. Los humedales nos protegen y nos permiten conectar con la naturaleza. Tienen un enorme valor no solo biológico, sino también social, cultural y económico (son, de hecho, de los ecosistemas más productivos en la Tierra). Sin embargo, se pierden y degradan cada día porque, aunque cueste creerlo, muchas veces son percibidos como tierras de descarte. Nada más lejos de la realidad. La pandemia de Covid-19 deja muy en claro que cuanto más alteramos el ambiente, más peligro corremos. Sin embargo, reportes oficiales indican que en los últimos 300 años desapareció un 87% de la superficie de humedales conocida a nivel mundial, La Argentina tiene todavía gran diversidad y riqueza de humedales en cerca del 21% de su superficie total, pero no escapa al retroceso que se da a nivel global.
Por ello entendemos indispensable en el 2023, mediante una leyenda, concientizar sobre la protección de los humedales y más importante pensar una política de conservación sustentable para el país, son ecosistemas son muy fundamentales. ¿Y qué amenazas los están poniendo en peligro”, todas humanas. El avance de la frontera agropecuaria y de los desarrollos inmobiliarios son las dos principales actividades (humanas) que amenazan a estos preciados ecosistemas. Ello muchas veces se hace a través de prácticas indirectas como los incendios que se provocan intencionalmente para luego poder aprovechar esas áreas para ganadería o nuevos emprendimientos inmobiliarios. Naciones Unidas describe otras de las actividades (humanas) que los amenazan: la contaminación, la sobrepesca y la sobreexplotación de los recursos. La inserción de especies exóticas en estos ecosistemas también produce una alteración en su equilibrio.
Y el cambio climático obvio que se hace sentir sobre los humedales. Deteriorar, degradar, destruir humedales tiene un consecuente impacto en todo. Incluyendo el cambio climático.
Es deber de quienes son representantes del pueblo garantizar la protección del derecho humano a un ambiente sano, legislando en resguardo de la enorme riqueza y diversidad de los humedales de la Argentina y de las personas que viven en y de ellos. Por la naturaleza, por el bien común y especialmente por los sectores más vulnerados de la sociedad, para las generaciones presentes y futuras, ¡ley de humedales ya!