El desarrollo favorecería un mayor volumen de “desjanado” y además potenciaría la comercialización de fruta fresca.
Los cactus, también llamados nopales, son originarios de América y pertenecen a la familia Cactaceae mientras que otros los presentan bajo el género Opuntia. La taxonomía de los cactus es sumamente compleja debido a múltiples razones, entre otras porque sus fenotipos presentan gran variabilidad según las condiciones ambientales.
Independientemente de la clasificación taxonómica, se utiliza el nombre de cactus para la planta completa, tuna para la fruta, pencas (cladiolos) para sus tallos carnosos y janas para las espinas de las tunas.
La producción y aprovechamiento de tunas, es una actividad con fuerte arraigo en la provincia de Chaco, tanto para el consumo de la fruta fresca como para la elaboración de subproductos derivados como dulces, mermeladas, conservas, entre otros.
Este fruto, de sabor dulce y jugoso, es un alimento de gran valor nutritivo, con aporte de vitaminas y bajas calorías, y múltiples propiedades beneficiosas para la salud.
En Argentina el aprovechamiento de la tuna se concentra en la región del Gran Chaco Americano, y se considera que tiene gran potencial para lograr un mejor desarrollo productivo e industrial.
Pero la producción de tuna requiere aún de mayor tecnificación y aplicación de tecnologías, y una de las mayores limitantes es el proceso de desjanado o limpieza de las espinas, también llamadas “janas”, de los frutos.
Si bien existen algunos equipos o máquinas, que con distinto grado de complejidad realizan la limpieza de las janas, dicho proceso requiere de mayor innovación tecnológica, y en ese aspecto, investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste, en colaboración con el INTA Las Breñas (Chaco) y de una escuela técnica de esa misma localidad iniciaron un proyecto para poder desarrollar una “desjanadora de tunas” que permita mayores volúmenes de desjanado y en menor tiempo.
La iniciativa se desarrolla además en conjunto con productores de la asociación civil “Siempre Unidos Minifundios de Corzuela”, quienes consideran necesaria la incorporación de tecnología para potenciar esta actividad económica de aprovechamiento de la tuna.
Recientemente, desde el Departamento de Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE expusieron los detalles del proyecto que forma parte de una línea de investigación mayor denominada “Estudio y caracterización de las demandas de innovación tecnológica para la agricultura familiar del NEA”.
“Creemos que la propuesta de desjanadora representaría una innovación que potenciaría la producción, así como la comercialización de este fruto” comentó Facundo Bernardis, becario de investigación que integra el equipo de trabajo junto al Ing. Germán Camprubí, Ing. José Luis Basterra, Ing. Marcelo Larrea y el estudiante Carlos García, por parte de la UNNE, sumado al grupo del INTA Las Breñas liderado por la Ing. Gabriela Faggi e integrado por el Dr. José Tarragó y el Ing. Ricardo Javier Peranich.
AVANCE DEL PROYECTO
Como parte del proyecto se realizó en primera instancia una instancia de vigilancia tecnológica para conocer los procesos y equipamientos que se utilizan para el aprovechamiento de la tuna, constatándose distintos modelos, en general con limitado desarrollo.
Así, tras relevar distintos tipos de soluciones para el desjanado, y después de varios encuentros con representantes del INTA, de la EET N°5 y de la asociación “Siempre Unidos Minifundios Corzuela”, se optó por un modelo de “cinta cepillo Tipo Pochón”, armada por un productor de la zona de forma casera.
Se consideró ese modelo como el óptimo para ser optimizado debido a que las personas que manipulan esa máquina ya tienen conocimiento de cómo es la operación.
Bernardis detalló que actualmente se está realizando el diseño preliminar que está en sus últimas etapas para presentar las posibles soluciones.
Después de ese diseño final se hará el cálculo y selección de materiales para la máquina, como cinta, bastidor, sierras del cepillo, motor, entre otros componentes.
Posteriormente, se realizará la simulación y elaboración de planos del equipo, y luego se tendrá que realizar la validación del modelo con los socios territoriales.
Cuando esté validado el modelo, se obtendrá el prototipo virtual mínimo viable, con sus planos en detalle y la simulación de funcionamiento, que sería la etapa previa al desarrollo del prototipo físico para la fabricación de la máquina.
“Se proyecta que la máquina ayudará a producir un volumen mayor de tuna y en menor tiempo, pero además mejorando la disponibilidad de frutos para consumo fresco” resaltó Bernardis.
Explicó que con los métodos actuales existe un porcentaje de frutos que se rompen al limpiarse, y cuando la tuna se quiebra no sirve para consumo fresco, sino que se destina a la elaboración de mermeladas o dulces, siendo el consumo fresco un destino muy importante para la distribución a los consumidores finales.
Recordó que optimizar el “desjanado” también contribuiría en minimizar lesiones que suelen sufrir los productores con las espinas, en especial con los métodos tradicionales de limpieza.
PERSPECTIVAS
El Ing. Germán Camprubí, director del proyecto e investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, destacó el potencial de la propuesta de lograr su transferencia al medio, con un diseño que sea accesible a quienes trabajan con este fruto.
Recordó que en el marco de la línea de investigación “Estudio y caracterización de las demandas de innovación tecnológica para la agricultura familiar del NEA” ya avanzaron en el diseño de distintas soluciones tecnológicas para actividades productivas que requerían de desarrollos que se ajusten a sus necesidades, ante la falta de equipos o maquinarias comerciales disponibles.
En esa línea, comentó que a futuro se seguirá trabajando en un nuevo proyecto de investigación (2023-2026) y están analizando la alternativa de una procesadora de pencas de cactus para forraje destinado a la alimentación del ganado.
Las pencas admiten ser aplicadas como forraje complementario aportando cantidades considerables de agua en la dieta del ganado, pero no pueden ser consumidas por los animales directamente de los cactus.
Una adecuada selección de la tecnología de mecanización para procesar las pencas podría potenciar un recurso natural aún inexplotado adquiriendo un gran sentido frente a la problemática de los déficits hídricos en general y en la región occidental chaqueña en particular.