Las propuestas de la Bienal 2022 (que se desarrollará desde el 16 hasta el 23 de julio en el Parque Intercultural 2 de Febrero) atraen por su originalidad, por su potencial belleza y por la oportunidad de atraer a las y los visitantes.
Fabiana Larrea es una escultora de Puerto Tirol y es la primera vez que vivirá “desde adentro” una experiencia como esta. Su iniciativa, seguramente, convocará desde la particularidad de su obra y del encanto de lo desconocido. Se trata de confeccionar una trama tejida sobre el río Negro, de puente a puente y de costa a costa. Es una obra blanda y textil de gran formato, que está hecha completamente de plástico reciclado por trabajadores de la economía popular y producido en una empresa de Fontana de triple impacto.
“La propuesta que hago es una invitación a la gente a ´hacer florecer el paisaje´, que es como una metáfora, porque la obra se llama ´El Ciclo de las Cosas´. En este ciclo, que son materiales generalmente de descarte o de packaging que generalmente van a parar a la orilla del rio, a las calles o a basurales de cielo abierto, nosotros tomamos esos materiales y los hacemos ´florecer´ un instante, un suspiro en el paisaje y después, eso se vuelve a reciclar”, explica la escultora que trabaja desde hace varios días en el predio del Parque.
El disfrute de la obra comenzará con el recorrido por la planta recicladora. “Cuando las personas lleguen al predio, se encontrarán con una planta gigante que recicla plásticos en vivo y que va produciendo un material, que es la tela que estoy usando para tejer y ahí sale toda la escultura”, explica Fabiana. La obra se compone por “tres flores gigantes”, que se ubicarán en cada extremo de los puentes y otra en el centro, suspendidas sobre el rio Negro. Al costado de este lugar, habrá un grupo de escultores y estudiantes (de la Fundación Urunday y de la Facultad de Artes de la UNNE) que invitará, cada cierta cantidad de horas, a un grupo de personas a tejer. “Cada uno podrá tejer sus flores, que quedarán al costado del rio y que también volverán a reciclarse”, comenta la escultora.
La propuesta es una obra tejida “como la de las abuelas” y empezó desde hace bastante tiempo. “Lo que estamos haciendo ahora es terminar de armar las flores sobre el piso, para que el día sábado y domingo, podamos llevarlas al agua. Estoy viviendo en el Domo desde hace varios días”, cuenta Fabiana entre risas.
“Tenemos un equipo grande de 20 personas que está armando la planta de reciclado, y somos otras diez personas tejiendo”, dice sobre el equipo que la acompaña.
Si no sabes tejer, igual podés ser partícipe. Las y los estudiantes te facilitarán el material para que puedas tocarlo y ver cómo es un plástico reciclado, con similares características a un plástico común, con la posibilidad de poder manipularlo y tejer unos puntos. La obra estará expuesta durante toda la edición de la Bienal e inclusive unos días más. Luego ese material volverá a reciclarse.
Sobre sus expectativas e intereses artísticos
La obra tiene múltiples interpretaciones y lecturas. “La invitación no es solamente el aprendizaje de ver cómo se recicla el plástico, sino de poder ver entre todos, cómo nos relacionamos con el paisaje, el rol de los recuperadores urbanos, el de los trabajadores o cómo nos vinculamos con el agua. Me interesa activar el pensamiento y la conexión con la gente”, relata.
Las expectativas de Fabiana son muchas, ya que será la primera vez que participa de un evento tan masivo. “Nunca estuve desde adentro con mis propuestas”, y agrega que “espero que a la gente le guste la propuesta, que puedan recibirla, ya que intenta poner en valor esta fuente de vida (haciendo referencia al río), que la tenemos bastante descuidada”, asegura.
Las temáticas que la preocupan y ocupan, están vinculadas a las relaciones interpersonales y con el paisaje. “Siempre digo que diseñamos el paisaje, pero de una manera inconsciente. Entonces la propuesta es diseñarlo de manera consiente”, cuenta.
Como experiencia previa, cuenta que hace algunos años trabajó con la comunidad de Puerto Tirol y su propuesta consistió, durante un año, en juntar todos los envases plásticos y botellas junto a la comunidad. “Con eso hicimos la primera intervención en el paisaje. Eso se llamó ´El mensaje en la botella´ y lo que hacíamos, era invitar a la gente a escribir sus deseos. Hicimos un manto con los deseos de la gente de Puerto Tirol y quedamos unidos por esos deseos”, explica sobre esa vivencia.
El equipo y su solidaridad
Obras de esta magnitud requieren del trabajo de muchas personas y la preparación, con mucho tiempo de antelación, de los materiales a utilizar. En este caso, acompañan a Fabiana escultores que realizan colaboraciones con la Fundación Urunday, ex alumnas, alumnos y estudiantes de la Facultad de Artes de la UNNE, que se sumaron a la propuesta.
“Me parecía interesante abrirles el juego para que ellos puedan vivir una experiencia de esta escala y vean desde adentro, la producción de este tipo de obras”, cuenta sobre la posibilidad que les brinda a sus estudiantes.
El acompañamiento de su familia
“Mi hijo está haciendo un documental integral de todo lo que es este proceso, lo empezó hace un tiempo y lo está registrando. Cuando son obras efímeras, lo que queda es el registro documental para la historia del arte”, cuenta Fabiana sobre el apoyo de su familia cuando emprende trabajos tan importantes como este. Y agrega: “Mis otros hijos acompañan todo. Entienden que cuando encaro este tipo de obras, mi vida y mi tiempo está en esto”.
Al ser consultada sobre cuál es la sensación que deja el “trabajo cumplido” luego de cada intervención, Fabiana dice que “primero descansa, por la demanda del cuerpo” y que “si bien esta es actividad relajada, cada pétalo pesa cerca de 40 o 50 kilos”. Cuando la adrenalina baja, viene el balance. “Cuando hacemos arte, aprendemos algo con cada pieza. Escribo mucho, me tomo mucho tiempo de silencio y de meditación para poder asentar y empezar a pensar en nuevos proyectos o continuar los que tengo en camino. Esto es súper movilizante”, cierra la escultora.
Más sobre Fabiana
Fabiana Larrea nació en 1972, en Puerto Tirol y es una artista visual de gran trayectoria. Desde los 9 años, asistió a talleres de artes. Luego se formó en la carrera de Artes de la Universidad Nacional del Nordeste. “Primero en todo lo relacionado a las artes gráficas como el grabado, una técnica muy tradicional”, recuerda.
“En el 2009 descubrí prácticamente que sabía tejer y a partir de ahí empecé a probar con diferentes materiales y la mayoría de mis obras son textiles”. Su taller (que se encuentra en su casa de Puerto Tirol), también podrán disfrutarse durante la exposición.
Organizó Encuentros Nacionales y Sudamericanos de Grabado en la Plaza 25 de Mayo de la ciudad de Resistencia y en la sede del Museo Provincial de Bellas Artes René Brusau. Fue co-fundadora de Grabar, asociación destinada a la difusión del grabado que contó con el apoyo de Fundación Antorchas. Integró el espacio de arte Noni Andresen en Resistencia, Chaco.
Como docente, fue coordinadora del Proyecto de Intercambio Lingüístico Cultural Argentina-Francia (P.I.L.C.A.F.). Realizó intervenciones textiles en Casa de las Culturas (en el marco de SOY guarango sin glamour), Facultad de Arte, Diseño y Ciencias de la Cultura dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste, (en el marco de Proyecto Boomerang) y en el Teatro Oficial Juan de Vera de la ciudad de Corrientes (en el marco de La Gran Sombra).
Participó en “Frágil”, exposición realizada en la Fundación Federico Klem de la ciudad de Buenos Aires, con curaduría de Julio Sánchez y La Gran Sombra II con sede en el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Ramón Vidal de la ciudad de Corrientes, con curaduría de Matilde Marín y Beatriz Moreiro. Integra “Una(s)+” desde 2018, exposición intinerante de artistas latinoamericanas con curaduría de Ileana Hoschman y María Arlete Mendes Goncalves.
Es presidenta de la Fundación Trama organización destinada a realizar acciones que vinculan arte y naturaleza, y trabaja en el proyecto “Arte y Sostenibilidad” en Puerto Tirol y en “La Última Palabra de Amor”, proyecto de arte textil contemporáneo.