Un hombre de 52 años llamó a la policía pues, esta mañana, notó que una de sus vaquillas (de 240 kilos) había desaparecido. Al revisar el predio que alquila, pudo ver que el alambrado estaba flojo y que había varias huellas de vaca y caballo en la zona, que apuntaban hacia un camino vecinal.
Los efectivos hicieron sus investigaciones y, después de seguir aquellos rastros por 6 kilómetros, llegaron hasta un monte tupido donde, 2 kilómetros más adentro, estaba el animal buscado. La vaquilla estaba tambeada a un árbol a 8 kilómetros del predio que alquila su propietario.
Al rato se hizo presente el denunciante para identificar al vacuno como de su propiedad. La marca y señal coincidían por lo que se los efectivos se lo devolvieron bajo acta. Los agentes del Departamento Seguridad Rural de General San Martín no cerraron las investigaciones, todavía falta encontrar a los responsables del hecho.