Con el fin de espantar la miseria, como dice la leyenda, el Museo del Hombre Chaqueño (Juan B. Justo 280) en articulación con el Centro Cultural Leopoldo Marechal (Pellegrini 272) y la Subsecretaría de Interculturalidad y Plurilingüismo del Ministerio de Educación, llevarán adelante convites y números artísticos.
Las propuestas forman parte del programa Patrimonio Activo del ICCH, que tiene como fin preservar el patrimonio cultural y natural de la provincia, y la acción de sus museos, centros culturales y elencos.
Las actividades darán comienzo el viernes 1 de octubre, a las 10, en el mencionado museo, con una mesa abundante para compartir. “Como todos los años, para espantar la miseria que trae el tiempo de poca cosecha, el museo preparará una mesa con comidas típicas de las costumbres paraguayas, con una receta especial este año del locro yopará en la mañana, una sopa con porotos, carnes y verduras regionales; y por la tarde un cocido quemado y mbejú”, adelantaron desde la organización.
El evento tendrá su continuación el sábado 2 de octubre, a partir de las 19, en el centro cultural, donde también se compartirá una mesa abundante, y se presentarán números musicales y lecturas en guaraní, para continuar espantando al Señor de la Miseria según la tradición.
Programa
Viernes 1 de octubre
Museo del Hombre Chaqueño (Juan B. Justo 280)
De 10 a 13 Hs.
– Mesa para compartir con actividades de difusión con vínculo educativo.
– Convite del tradicional jopara (comida típica). Explicación de la receta.
De 16 a 20 Hs.
– Actividades de difusión con vínculo educativo.
Sábado 2 de octubre
C.C. Leopoldo Marechal (Pellegrini 272)
De 19 a 21 Hs.
Música paraguaya, interpretada por el reconocido arpista Tito Vera.
Lecturas del grupo del taller de guaraní.
Convite de comidas típicas, a cargo de Jorgelina Acosta y Boni Acosta.
Cierre a cargo del Coro Qom Chelaalapí.
Karaí Octubre
Tiene gran vigencia en nuestras costumbres regionales la antigua creencia del Karaí Octubre, duende maligno que baja a la tierra cada primavera en octubre, para castigar a quién no cumplió con sus órdenes.
Las poblaciones guaraníes ya practicaban la agricultura mucho tiempo antes de la presencia española en la región. Chacras con producciones de maíz, batata, mandioca, zapallo, porotos, maní, tomates, calabazas, entre otras variedades, junto a la carne de animales como el guazuncho, tatúes, jabalíes formaban la dieta de estas comunidades.
Sabiendo de los tiempos de la naturaleza, conocían los tiempos de siembra y de recolección. Se dice que desde épocas remotas las plantaciones eran cuidadas por un duende representado por un viejito encorvado de rostro enjuto. Este particular ser llega a nuestra zona cada primero de octubre, por ser el día del comienzo de la “época de miseria” en la campaña.
De invisible pasa a la silueta de un viejito con un gran sombrero de paja y portando en una mano una maleta para llevarse algunos alimentos de personas que faltaron a sus órdenes y en la otra una “guacha” para castigar a los desobedientes. Conocemos que su orden es recoger durante septiembre toda la producción de la chacra, y convertirla en alimentos conservados cosa de no padecer sufrimientos durante el siguiente mes.
En las poblaciones rurales también este día es muy esperado, porque se realizan grandes comilonas, siempre al aire libre, para que el “Señor de Octubre” vea que tienen alimentos para rato. En las casas donde no hay comida en abundancia el duende se introduce y les quita lo poco que les queda, luego se convierte en viejito y con su guacha los castiga.
Hay algunos y algunas que creen que el Karaí se queda dentro de la vivienda en forma invisible, y para espantarlo sahúman ramas bendecidas en tres esquinas de la casa, dejando una libre para que por allí se escape asustado.