Y estableció protocolos que ayudaron a continuar con la actividad aún en las épocas de mayores restricciones por la pandemia. Su director repasó, además, temas como la vacunación contra coronavirus, la lista de espera para un trasplante y las formas de expresar la voluntad, además de los buenos efectos de la Ley Nacional de Trasplante de órganos, tejidos y células.
Desde su irrupción en el país, la pandemia impuso cambios –algunos bruscos- en todas las actividades de la vida cotidiana. “Tuvimos que adecuar nuestras prioridades y realidades”, describió el director del CUCAI Chaco, Christian Dellera. La institución es la encargada de impulsar, coordinar y fiscalizar las actividades de donación y trasplante de órganos en la provincia del Chaco. Depende de la Subsecretaría de Salud del Ministerio de Salud Pública provincial, y está formada por un equipo de profesionales médicos y administrativos que se encargan de las diferentes etapas que componen el proceso de la donación.
“La prioridad fue siempre la protección del personal, del equipo sanitario y de los pacientes por trasplantarse o trasplantados. Es una actividad que necesita un funcionamiento las 24 horas, los siete días de la semana, y no podíamos cerrar una oficina 30 días, así que se adecuaron los protocolos de bioseguridad para una dinámica de trabajo interna que hacía que, si había un caso sospechoso de Covid-19, no se debiera aislar y cerrar. Algo que puede sonar atípico”, comentó en diálogo con Agencia Foco.
Con respecto a los pacientes, dadas las restricciones impuestas al principio de la pandemia, y por cuestiones de seguridad, el CUCAI Chaco facilitó la entrega de la medicación. “Les hacíamos llegar a sus domicilios a través de la coordinación con el sistema de ambulancias de la Provincia”, indicó.
Al respecto, puntualizó que el Incucai, a través del Programa Nacional de Seguimiento al Trasplantado, provee de medicación altamente costosa y debe ser consumida de por vida por pacientes que no tienen obra social. “En la provincia, le entregamos la medicación a pacientes del PROFE y del Ministerio de Salud Pública”, reveló. En la actualidad, hay alrededor de 120 pacientes bajo ese programa de inmunosupresores.
También destacó que “el equipo de trasplante readecuó el funcionamiento”, a la vez que se aplicaron los nuevos protocolos de bioseguridad creados entre Incucai, la Sociedad de Terapia Intensiva, la Sociedad de Infectología y la Sociedad de Pediatría, a través de los cuales quedaron establecidas pautas para personas donantes y para pacientes trasplantados.
“A partir de ahí, cada hospital fue adecuándose a los protocolos. En cuanto a los donantes, el protocolo exigía normas muy rígidas por lo que implicaba la seguridad de no trasmitirle Covid-19 a una persona que luego se trasplantará con inmunosupresores”, explicó Dellera.
Al respecto, precisó que no sólo la persona donante debe cumplir con un PCR negativo, sino que además, en el lugar de internación, se verifica si existieron focos de contagio en otros pacientes y personal infectado.
“El año pasado y principios de este año, la situación en la provincia era bastante atípica y eso hizo que no tuviéramos la suficiente cantidad o calidad de donantes, por cuestiones de bioseguridad”, planteó, y resaltó que las provincias tienen distintas realidades y distintas formas de aplicar los protocolos, lo que incide finalmente en la cantidad de donantes que genera cada una.
En cuanto a la tasa de donación en la provincia en lo que va de 2021, Dellera reveló que hasta hoy no hubo ningún donante: “Eso no implica que no estemos trabajando”, subrayó, y recordó que “el donante es un resultado de la evolución de un paciente neurológico grave, en una institución con toda la infraestructura para sostener un proceso de muerte cerebral que, por lo general son los hospitales de cabecera” de cada jurisdicción.
“El año pasado tuvimos un donante antes del inicio de la pandemia. Luego, durante el primer semestre, fuimos una de las provincias más afectadas por la pandemia”, marcó, refiriéndose al “personal de salud fallecido o infectado”, y a la tarea de sectorizar y reordenar “la circulación de pacientes Covid y no Covid en el hospital Perrando”, ya que “se hacía muy riesgoso que los donantes pudieran servir para futuros receptores”.
Tras resolver esas cuestiones, reaparecieron otras como las dificultares para conseguir vuelos sanitarios y la apertura o no de las distintas provincias, lo que puso limitaciones a la logística que implica una donación de órganos.
“Hoy seguimos activos y operativos, supeditados al donante que aparezca y que esté estrictamente de acuerdo al protocolo. Un donante con PCR negativa, que no tenga antecedentes y esté internado en una terapia sin convivir con otros pacientes Covid o que no haya personal sanitario infectado en el mismo momento”, expuso.
La vacunación
Por otra parte, Dellera se refirió a la vacunación contra Covid-19 del grupo de riesgo de personas trasplantadas con órganos y médula, en la Provincia.
Durante la etapa previa a la aprobación de este grupo de riesgo para la aplicación de las vacunas que se administran en el país, el director del CUCAI contó que recibieron múltiples consultas: “Lo principal era la ansiedad que tenían (los pacientes), porque sabíamos que la vacuna prevenía el desenlace fatal, pero no se habilitaba todavía el estrato de trasplantes, ya que no estaba la autorización para decir que en ese grupo era seguro. Hay que recordar que son pacientes que no tienen defensas. Entonces era una decisión que debía ser tomada con mucho criterio”.
“Tuvimos muy buenas repercusiones”, destacó, tras la aprobación de la vacuna para este estrato de pacientes en marzo pasado; pero lamentó que “pacientes trasplantados fallecieron de Covid-19 y en lista de espera”. “Era un impacto para ellos porque veían que son ellos muy predispuestos a un desenlace fatal, y teniendo una vacuna al alcance no la podían recibir todavía. Eso implicaba mucha contención anímica”, señaló.
La lista de espera
En nuestro país, 6.960 personas esperan un trasplante de órganos y 2.530 uno de córneas (tejidos). Por cada paciente que ingresa a la lista de espera se realiza una inscripción en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA). Los datos son públicos y se encuentran actualizados en tiempo real.
Según ese registro, hasta este lunes, del total de personas que esperan por un trasplante de órganos en el país, 115 son del Chaco; y 13 esperan por un trasplante de tejidos. De ellas, 83 aguardan por un trasplante renal y 24 un trasplante hepático.
“Hay dos grandes situaciones por las cuales siempre hay pacientes que ingresan a lista de espera: por un lado, la mayor expectativa de vida y, por otro lado, la lista de espera más voluminosa es la renal y, dentro de lo que es el problema renal, tienen impacto los nuevos hábitos higiénico-dietéticos. En los demás órganos, hay determinadas circunstancias de la vida como una hepatitis fulminante, una miocarditis o desenlaces de patologías crónicas que en cierto momento, luego de múltiples tratamientos, el órgano comienza a fallar y no queda otra alternativa que un trasplante, como puede ser un trasplante de pulmón por fibrosis quística o un trasplante de hígado por una hepatitis crónica”, repasó Dellera.
“La triste realidad es que nunca vamos a tener la suficiente cantidad de donantes a la par de la cantidad de personas que ingresan en lista de espera”, agregó al respecto el director del CUCAI Chaco, pero mencionó y destacó que “la Ley Nacional de Trasplante (de órganos, tejidos y células) sancionada en 2018 hizo posible un salto cuantitativo en la cantidad de donantes, porque vino a salvar lo que era una tasa negativa en la donación”, dada por la negativa de las familias en el momento de la entrevista donde se hacía la consulta sobre la donación.
En ese punto, Dellera explicó que la nueva ley establece que todos somos donantes, excepto que se haya expresado una voluntad por escrito en contrario. “La familia tiene un rol de acompañamiento e información”, indicó.
Dado ese nuevo escenario, ponderó que entre 2018 y 2019 aumentó casi un 30% la cantidad de donantes. “Lo que anteriormente era una curva muy empinada de nuevos ingresos a lista de espera y una curva de donación amesetada, con una brecha alta, algo alcanzamos a disminuir. Pero luego aparecieron las restricciones por la pandemia, con el sistema que siguió funcionando, pero la tendencia promisoria se cortó durante 2020 y este 2021”, marcó.
De hecho, destacó que de los 3,2 millones de personas que se expresaron por la donación, el último millón fue logrado durante los últimos tres años, a partir de la mencionada ley y en consonancia con las nuevas tecnologías y canales para la inscripción como donante.
En ese punto, recordó lo que ocurría antes: “Para inscribirse como donante, uno debía acercarse a una oficina del CUCAI (para personas del Chaco), completar un acta manual, que luego se cargaba en Buenos Aires, o acercarse a una comisaría, un juzgado o al correo y se confeccionaba el acta. Desde 2006, nosotros salíamos con actas a eventos y a las elecciones, habilitando más canales informáticos a través de la página del Incucai para la inscripción”. En la actualidad, entre las distintas y múltiples formas de registrar la inscripción, mencionó a la aplicación Mi Argentina, que tiene en la pestaña de Salud la posibilidad de expresar la voluntad hacia la donación.
Manifestar la voluntad
Para manifestar la voluntad afirmativa o negativa respecto a la donación de órganos en todo el país, es necesario dejarlo registrado por cualquiera de los siguientes medios:
-Firmar un acta de Expresión en el Incucai, en los organismos jurisdiccionales de ablación e implante.
-Asentarlo en el Documento Nacional de Identidad en las oficinas del Registro Civil. Es tu deber comunicárselo al agente para que lo deje registrado.
-Completar un formulario vía web (https://www.argentina.gob.ar/manifestar-la-voluntad-de-donacion-de-organos-y-tejidos)
-Enviar, desde cualquier dependencia del Correo Argentino, un telegrama gratuito con tu nombre, apellido, DNI y domicilio
Toda persona mayor de 18 años puede manifestar en forma expresa su voluntad afirmativa o negativa respecto a la donación de sus órganos o tejidos.
Como el acto de donar es libre y voluntario, la expresión Afirmativa o Negativa puede ser revocada en cualquier momento por el manifestante, pero no puede ser cambiada por ninguna persona después de su muerte.
De no existir manifestación expresa, la Ley de Trasplante presume que la persona es donante. En esos casos, el organismo responsable solicita a la familia su testimonio sobre la última voluntad del fallecido.
Ante la oposición de los familiares, si la última voluntad del fallecido conocida en forma escrita fue donar sus órganos, se respeta esta decisión personal registrada en vida. De igual modo sucede en la situación inversa.
En caso de fallecimiento de un menor de 18 años, se solicita a sus padres o representantes legales el consentimiento expreso para la donación de órganos y/o tejidos.
Actividades virtuales con colegios
Por último, el director del CUCAI Chaco dio cuenta de varias actividades virtuales de capacitación con el ámbito educativo del nivel secundario. Por eso, para el próximo 30 de mayo, Día Nacional de la Donación, se preparan una serie de actividades también utilizando las herramientas virtuales.
“Siguiendo los vaivenes del nivel educativo, cuando los docentes organicen su año, en el segundo semestre comenzaremos con actividades de capacitación para los distintos niveles, en modalidad virtual la mayoría de las veces y en modalidad presencial otras pocas veces”, adelantó.