Un 8 de marzo, las obreras de varias fábricas textiles de Nueva York protestaron por la mejora de sus condiciones de trabajo: salarios extremadamente bajos, jornadas muy largas y ambientes riesgosos para la salud. Su manifestación fue reprimida, dejando un saldo de 129 mujeres muertas. El Día Internacional de la Mujer se conmemoró por primera vez el 8 de marzo de 1975, a partir de una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que entonces celebró el Año Internacional de la Mujer.
Este año de pandemia deja claro que las mujeres siguen luchando día a día por lograr el equilibrio en todos los ámbitos en los que desarrollan sus distintas y múltiples actividades, asumiendo los roles con la mayor dedicación y entereza, es así que vemos a diario como las mujeres son las que están en la primera línea de esta crisis producto de esta pandemia, vemos como es desigual la carga que deben asumir y soportar.
Las vemos en la primera línea de los reclamos del sector de salud, en este reclamo educativo, en las redacciones de los medios de prensa y en la pantalla informando, las vemos en las colas de los almacenes y negocios haciendo milagros con sus ingresos para alimentar a la familia, vestirlos, acompañarlos en el ciclo escolar, las vemos en sus puestos de trabajo barriendo las calles para mantener limpia la ciudad, muchas veces es quien nos recibe en una comisaría o asiste en la calle en un operativo o como bombera voluntaria corriendo en defensa de la vida de otros; las vemos en un puesto de la feria ofreciendo sus productos, las vemos haciendo ladrillos en el emprendimiento familiar, las vemos asistiendo a sus pacientes por internet para afrontar esta pandemia, las vemos impartiendo justicia, las vemos legislando, las vemos gobernando ciudades, las vemos trabajando la tierra, las vemos haciendo los reservorios de agua para poder tener el elemento vital y necesario, las vemos acompañando a nuestros adultos en esta etapa de aislamiento social tan duro para todos, las vemos junto al hombre a superar todas las situaciones de zozobra, las vemos besar a sus hijos y abrazarlos siempre, las vemos en las iglesias, de todos los credos todas piden, ruegan, oran por una vida digna;
A pesar de verlas allí, también vemos que han surgido nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que persistían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres, se enfrentan a un aumento de la violencia doméstica, a tareas de cuidados no remunerados, al desempleo y a la pobreza; son las principales víctimas de la Trata o explotación de personas.
El 8 de marzo es una fecha para recordar la lucha de miles de mujeres por la equidad, defender sus derechos y exigir un alto a la violencia de género, incluyendo los femicidios.
EL MEJOR HOMENAJE Y RECONOCIMIENTO ES HONRAR A CADA MUJER HOY Y TODOS LOS DÍAS”.