Pero también se volvió una oportunidad para crear nuevos espacios. De este modo, un grupo de artesanos y artesanas chaqueñas se unió y formó Tacurú, tienda virtual de cerámica. El proyecto cuenta con el apoyo del Instituto de Cultura del Chaco a través del Fondo Provincial Solidario.
El Fondo Solidario fue diseñado para que artistas, hacedores y espacios culturales de nuestra provincia puedan fortalecer y desarrollar su actividad. Dicha propuesta forma parte del programa Impulsar Cultura, que promueve el fortalecimiento de las economías culturales locales y regionales. Los productos pueden ser adquiridos https://tiendatacuru2.mitiendanube.com/
“En este contexto de pandemia, ante la imposibilidad de desarrollar nuestra actividad de talleres y participación en ferias, pensamos que era momento de contar con canales virtuales de difusión y venta, atendiendo a las nuevas formas de utilización de la tecnología y posibilitando a interesadxs y compradorxs el acceso a una vidriera virtual, mediante una plataforma de pagos segura”, explicaron los referentes del nuevo espacio.
“Coincidimos en el amor a la tierra y al trabajo creativo con el que la transformamos en objetos preciados. Mostrarnos conjuntamente nos potencia, pone en valor nuestro trabajo y de relieve el diverso hacer cerámico con fuerte identidad regional”, agregaron. Participan de este proyecto: El Aromito (Noelia Bogado y Pablo Corinaldesi); Tatú (Luciana Ruiz y Juan Pablo Arias), La Bohemia (Carmen Coutinho); Cultura Cerámica (Judith Cristaldo); Yaraconda (Victoria Silva y Erick Pertile); Lupita (Diana Parmetler y Enrique Vilouta), y Ada del Barro (Adriana Schwartz).
El Fondo Solidario Provincial se forma a partir de lo que las empresas chaqueñas tributan por ingresos brutos. Las empresas pueden destinar hasta el 10% de ese impuesto a proyectos culturales a través del mecenazgo y, a su vez, el 10% de ese monto pasa al Fondo Solidario. Este dinero se destina a artistas y hacedores que no cuentan con empresas que los financien de forma directa como requiere la Ley de Mecenazgo.
Manos creadoras
Cada taller tiene una fuerte identidad, además de formas de producir diferentes y propuestas tanto utilitarias como estéticas sumamente definidas y distintas.
El Aromito: Noelia y Pablo llevan adelante este proyecto familiar iniciado en el año 2015. Crean colaborativamente objetos de cerámica artísticos, decorativos y utilitarios a partir de arcilla local que preparan con fórmulas propias luego de una dedicada investigación. Tienen su taller y tienda en Colonia Benítez. Queman sus piezas en hornos eléctricos de baja o alta temperatura y, de acuerdo al tipo de producción, también en horno de leña.
Tatú: Este taller es un proyecto familiar integrado por Luciana y Juan Pablo, realizan en torno y con arcillas locales objetos de cerámica artesanal de alta calidad para uso cotidiano. Además, y paralelamente, Juan Pablo crea esculturas de mediano y gran formato construidas a partir de piezas levantadas en torno que va ensamblando y transformando magistralmente.
La Bohemia: Es un proyecto familiar. Carmen modela y los demás integrantes realizan tareas de apoyo en taller, comercialización y difusión. Ella crea ciudades en miniatura y personajes diversos, complementando la cerámica con materiales de descarte reutilizados.
Cultura Cerámica: Judith crea esculturas de mediano formato modelando arcillas blancas. Su temática generalmente está ligada a las problemáticas de género, siendo la figura central de su obra la figura femenina.
Yaraconda: Victoria y Erick cursaron juntos el Profesorado en Artes Plásticas en Oberá y desde entonces idearon un emprendimiento conjunto. Tienen su taller en Puerto Tirol y realizan gran diversidad de objetos utilitarios para uso cotidiano, así como piezas artísticas.
Lupita: Diana y Enrique iniciaron en 2013 desde Córdoba este emprendimiento familiar. En 2016 se radicaron en Resistencia, donde tienen su taller y realizan piezas utilitarias con una estética particular propia a partir de arcillas locales.
Ada del Barro: Es un proyecto personal. En el taller, Adriana crea esculturas de pequeño y mediano formato. Son rostros diversos que surgen de la inspiración que le brindan las plantas nativas. Seres imaginarios que mutan en flores, frutos y a veces animales de nuestro Chaco.