El gerente de Márketing y Comunicación de Cinemacenter, Adrián Burdman, lamentó la postergación de la habilitación para la reactivación del sector, tras la reciente prórroga del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) hasta el 31 de enero.
“Al día de hoy se siente mucho porque desde que se inició el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) había esperanzas de que se anunciara, en esta última extensión, la reactivación de los cines a partir de enero”, explicó y agregó en declaraciones a Radio Provincia: “Hoy se publicó en el Boletín Oficial la nueva prórroga del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) sin novedades para nosotros, así que estamos en momentos de mucha frustración”.
Cinemacenter cuenta con salas en Resistencia y Corrientes, en Carrefuor y en el Paseo Libertad en lo que hace a esta provincia.
En toda la cadena cuenta con unos 500 empleados, que vieron afectados su ritmo de vida y sus ingresos, aunque éstos fueron sostenidos, en algún punto, con la asistencia estatal.
Incertidumbre
“Esta incertidumbre constante de no tener claro el panorama afecta mucho desde lo psicológico porque esperábamos poder trabajar a partir de enero y ahora tenemos que resignarnos a esperar hasta febrero pero incluso no tenemos certezas de reiniciar en esta fecha”, subrayó Burdman.
El referente del sector remarcó que el precio de las entradas de las salas de cine, está compuesto en gran medida de impuestos, y por eso dejan una parte muy ínfima de la recaudación por este rubro. En consecuencia, las ganancias de las salas surgen de los intercambios de otros bienes que se comercializan en esos espacios, que tienen al “pochoclo” entre sus estrellas.
“A pesar de lo duro de estos meses, y en virtud de la legislación vigente, la empresa no ha despedido trabajadores y tampoco tiene en mente hacerlo; se articularon convenios con los empleados y si bien hubo una reducción salarial queremos volver a funcionar con toda la familia trabajando”, aseguró.
Protocolo
Gudman explicó que, de cara a una eventual reapertura, se está trabajando con la Nación en la definición de los protocolos a implementar. “No perdemos las esperanzas de lograr una habilitación excepcional para poder trabajar con los protocolos presentado; lo que pasa es que, una vez determinada la reapertura, las salas comenzaremos a trabajar con los Gobiernos provinciales porque quedará en sus manos la decisión final”, explicó.
Algo similar ocurre con el transporte público de larga distancia. A pesar de esta habilitada la actividad desde mediados de noviembre por el Ministerio de Transporte de la Nación, algunas provincias, como Corrientes, tienen las terminales cerradas al día de hoy.
Una vez lograda la habilitación provincial, Gudman estimó que habrá dos semanas para trabajar en la adaptación de los complejos, en la capacitación al personal, en lo que hace a la atención al público y en las relaciones con los compañeros; entre otras cuestiones.
Existe un antecedente concreto, aunque se trate de un robro distinto: en la Ciudad de Buenos Aires, algunos teatros comenzaron a funcionar en salas con características similares.
Contexto complejo
Además de las particularidades y exigencias que tendrán los predios a la hora de la reactivación, el sector atraviesa una coyuntura compleja, lo que lo deja en desventaja, por ejemplo, respecto del cine.
Según Gudman, “por las circunstancias particulares que tienen hoy la lucha contra la pandemia, con campañas de vacunación sin fecha específica y una segunda ola aún más virulenta en Europa; la industria cinematográfica no están convencidas de que sea el momento oportuno para generar estrenos para la pantalla grande”.
Esto representa otra dificultad. “Hoy por hoy, hay películas que han retomado la filmación, y algunas otras listas para estrenar; no están listas las grandes películas y por lo tanto abrir una sala sin productos para exhibir tampoco termina siendo acertado desde lo económico”, reflexionó.