María Estela Soberón, la madre de Stella Maris Ramírez, la joven chaqueña que fue víctima de femicidio en Buenos Aires en agosto del año pasado, brindó detalles sobre los avances en la causa que busca esclarecer este asesinato. El juicio estaba previsto realizarse en marzo, pero luego fue suspendido por la pandemia y hasta el momento aun no tiene fijada la fecha para su realización.
“Yo estoy pidiendo a los jueces y fiscales que hagan el juicio y que los culpables sean condenados y cumplan con la condena que les corresponda” dijo la madre de Stella Maris. “Les pido a la gente que me acompañen y que no me dejen sola”, remarcó.
Serán juzgados por el crimen de Stella Maris Ramírez, su pareja Carlos Hernán Entivero (37) y su madre, Amelia Itatí Lezcano (54). La joven chaqueña de 26 años, estuvo desaparecida casi 20 días y su cuerpo fue hallado flotando en el río Paraná, en el partido bonaerense de Zárate, informaron fuentes judiciales.
Carlos Hernán Entivero (37) y Amelia Itatí Lezcano (54), deberían ser enjuiciados ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de ese distrito como coautores del delito de “homicidio doblemente calificado por tratarse la víctima de una persona con quien uno de los autores mantenía una relación de pareja conviviente y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género”, el cual contempla la pena de prisión perpetua.
Soberon en declaraciones a Radio Provincia hizo un resumen de los hechos que terminan con el femicidio de Stella Maris Ramírez en la localidad bonaerense de Zarate.
“Stella Maris se mudó a los 20 años a Zarate, provincia de Buenos Aires con su pareja con la que tuvo una relación durante 6 años”, comento la madre de la víctima. De esa relación nació Carla, que desde hace casi un año vive en el Chaco con su abuela (María Estela Soberón), después de estar por cuatro meses a resguardo judicial luego del crimen.
La madre de Stella Maris señaló que actualmente se encuentra sin abogado , ya que en el inicio del proceso contaba con un abogado, pero los altos honorarios del mismo y la imposibilidad de afrontarlos hicieron que desista de su patrocinio.
Femicidio, amenazas y falta de resguardo
María Estela Soberón comentó que el femicida en su estrategia mantuvo en los últimos años a Stella Maris alejada y aislada de su familia. “Yo sospechaba que algo pasaba, porque ella me ocultaba las cosas”, dijo la madre y tenia muy poca comunicación conmigo y con su hermano.
“Hace poco me enteré de que el (por el femicida) la amenazaba a Stella Maris “, agregó .
“En varias ocasiones ella – cuando tuvo problemas con el – llamó a la comisaria de Lima, donde vivían Stella Maris y Montivero ,que está en el partido de Zarate”, contó María Estela Soberón al agregar que “mi hija no estaba resguardada), porque en esas ocasiones de violencia la policía no hizo nada para protegerla y las denuncias nunca llegaban a la fiscalía, inclusive el comisario de la zona cuando ocurrió el crimen fue desafectado.
Detalles del crimen
Según estableció el fiscal de instrucción Alberto Gutiérrez, el crimen ocurrió aproximadamente entre las 22 del día 2 de agosto del 2019 y el 5 de agosto de ese año, en el interior de la vivienda situada en calle 60 al 200 de Lima, partido de Zárate.
“Más precisamente dentro del garaje y comedor de dicho inmueble, donde la víctima convivía con el imputado Entivero y Lezcano, actuando en coautoría criminal, produjeron la muerte de Stella Maris Ramírez”, precisó el funcionario judicial en la elevación a juicio a la que la agencia Télam tuvo acceso.
De acuerdo a la pesquisa, “en dichas circunstancias y mediando un contexto de violencia de género”, el hombre le “profirió gritos y propinó golpes contra la humanidad de Stella, en especial, empujándola contra la pared medianera y efectuándole golpes en otras partes del cuerpo y aún, encontrándose con vida la nombrada, los imputados esperaron hasta su mortal deceso para luego trasladarla fuera de la casa, procediendo a limpiar los rastros que dejó el suceso criminoso”.
El fiscal Gutiérrez determinó que los acusados “se deshicieron de pruebas fundamentales como ser el teléfono celular de la víctima y las prendas que usaba habitualmente, así como también, lavaron sus propias vestimentas y aquellas que tenían rastros de la occisa, mientras que a otras prendas las quemaron en el fondo de la casa”.
En tanto, debido al estado de putrefacción del cadáver, en la autopsia realizada en la morgue judicial de Campana no se pudo determinar la causa de la muerte y se estableció que el fallecimiento se había producido entre el lunes 5 y martes 6 de ese mes, entre 3 y 4 días después de su desaparición.
Es que algunos vecinos habían declarado que el viernes 2 habían escuchado gritos y golpes en la vivienda ubicada en el barrio Granja 8, de la localidad de Lima.
El cadáver decapitado fue encontrado el 21 de agosto de 2019 a tres kilómetros de la orilla del Club de Pesca de Lima.
Ramírez (26), oriunda de la provincia de Chaco, desapareció 19 días antes de su casa, aunque la denuncia fue realizada el martes 13 de agosto, cuando su familia, que vive en esa provincia norteña, se enteró por amigos y vecinos de que no tenían rastros de ella.
Por ese motivo, voluntarios de la Brigada Canina K9 de Campana, junto con personal de diversas dependencias policiales de la zona y de Policía Científica, llevaron a cabo desde rastrillajes en la zona de Lima y alrededores.
En la casa de la joven, los pesquisas hallaron mediante el reactivo luminol rastros de sangre en la pared de una habitación, en la parte trasera de una camioneta y en el lavarropas, además de tomar muestras para ser analizadas con el fin de determinar si pertenecían a la desaparecida.
Ante esta circunstancia, el fiscal Gutiérrez dispuso el arresto de Entivero, quien actualmente está detenido en la Unidad Penal 3 de San Nicolás, y de Lezcano, la cual fue excarcelada meses después.