Por Alberto Solis Bonastre*
Son las cosas de las que no queremos escribir, o noticias que preferimos no dar. O como lectores, información que no queremos saber. Como cuando sucedió el feroz incendio que se ensañó en febrero con las instalaciones de Sala 88, el querido teatro de la ciudad, “nuestro teatro”; o el reciente deceso de Juan Recio, integrante fundacional del coro Toba Chelaapi, esa “bandada de zorzales” que estaba en pleno vuelo por los escenarios del país (y el mundo) dando a conocer su arte ancestral, parte del acervo cultural de los chaqueños, justo antes de la aparición del coronavirus. El cierre de una institución cultural (ya sea por cuestiones económicas, o de censura, o por las políticas neoliberales o las dictaduras que persiguen a los artistas y ven a la cultura como un enemigo potencial), nos produce un escozor, una sensación amarga a quienes creemos que el arte, como la educación, es una herramienta fundamental para soslayar la mediocridad y “salir del pozo”, muchas veces. Y la triste noticia es que el Taller de Artes Sol, luego de 12 años de intensa actividad en la enseñanza, aprendizaje y espacio cultural de resistencia, cerró sus puertas por la crisis de la pandemia que azota el planeta. Sus responsables no pudieron hacer frente a las deudas acumuladas luego de mas de 70 días sin actividades.
El profesor Julio Zalazar, su director (y alma mater y pater) expresó que “nos es imposible hacer frente a los gastos, principalmente el alquiler, por eso pese al apoyo de amigos, familiares, alumnos, padres de los mismos y colegas artistas (a los cuales les agradezco de todo corazón) decidimos cerrar el taller”. En 12 años este espacio cultural, generó un sinnúmero de actividades en su sede de calle Arbo y Blanco: en el solar funcionaba una sala de exposiciones permanente, de obras de artistas consagrados como de nuevos creadores. La actividad fundamental fue la enseñanza de distintas disciplinas (dibujo, pintura, escultura, etc) a niños, jóvenes y adultos. Un espacio de contención y creación. Entre sus integrantes podemos nombrar, además de Julio Zalazar (destacado por la Cámara de Diputados en 2019 por su trayectoria y su aporte a la comunidad), a Pitty López, Elsa Villamil, Jorge Monzón, Amalia Nill, Adrián Medina, Sergio Santini, Tony Solis Bonastre, Oscar Ferreyra, Ricardo Nill, Lopez Pablos, Roly Beveraggi, José Mizraji, Caro Gómez, Remo Chiapello, Sandra Palarich, Carola Paultroni, Valeria Palacios; los extintos y recordados profesor Mario Banegas y el músico Víctor Reyna, entre otros, pasaron por ese verdadero “centro cultural” resistenciano.
SU LABOR CULTURAL
Sus responsables, decidieron un día “sacar el arte a la calle” y crearon las “pintadas abiertas y callejeras” en la vereda de la sede, abiertas y gratuitas para quienes quisieran sumarse sean o con artistas. “Sólo tienen que traer su pincel y ganas de compartir un momento con el arte y la creación” rezaba el comunicado que se distribuía oportunamente. Las pintadas se realizaron ademas a lo largo de todos estos años en plazas, la calle Guemes, la Peatonal, el Paseo Costanero y hasta en Paso de la Patria, donde los artistas del taller llevaron su arte “en vivo”. Al igual que en la capital correntina, generando un nexo de arte y amistad con numerosos artistas de la vecina orilla. En su amplia sede se llevaron a cabo numerosas exposiciones, charlas y recitales musicales, de distintos géneros. También celebraciones inolvidables en cada fecha patria o alusivas al arte y la cultura, donde al cierre de la jornada se compartían largas mesas con “sabores de la casa” salidos de su amplia y trajinada cocina y su horno de barro, dado que su mentor, Zalazar y varios de sus integrantes son eximios cocineros. Otra forma de crear y compartir momentos. El Taller de Artes Sol participó activamente de las Bienales de Escultura, montando un stand en el predio y pintando en vivo, además de la venta de obras en distintos formatos para que todos pudieran adquirirlas. Lo mismo en las Bienales de Pintura y en los Encuentros Nacionales de Mosaquismo. También se realizaron maratones de pintura junto a Radio Libertad (sus estudios están al frente), la Escuela de Bellas Artes, la Galeria Chiapello y se trabajó en forma permanente con Los amigos y amigas de Alianza Francesa. La institución siempre tuvo gestos solidarios para con la comunidad de diferentes formas, colaborando, participando cada vez que fue convocada. Además, se otorgaba becas a quienes no podían abonar sus clases y tenía entre sus alumnos a numerosos “chicos con capacidades diferentes”, un hecho a destacar.
SENTIDAS VOCES DE APOYO
“Mi hijo tiene 7 años y me pregunta desde el inicio de la cuarentena “mamá, cuando puedo ir a pintar al taller?”, ahora no sé cómo decirle que el taller cerró” cuenta Claudia, una mamá con cierta pena. “Mi hija fue al taller a los diez y once años, ahora está en estudiando Bellas Artes para aprender y enseñar. En el taller Sol decidió que quería ser artista y docente. Esta noticia nos pone muy triste” dijo Carlos, otro vecino que expresó su solidaridad y pena por la noticia. “La tristeza que sentimos por esta etapa que terminó, es la reivindicación todos los momentos lindos que Julio y su taller nos regalaron. No tengo dudas de que los futuros historiadores del arte chaqueño, el día de mañana hablarán de aquel taller del Maestro Julio Zalazar, un lugar de puertas abiertas y mucha generosidad, donde se alentó siempre a que transitemos el camino del arte con alegría y libertad” expresó el artista y docente Sergio Santini. También Jorge Erasmo Monzón manifestó que “estoy seguro que todos los que estuvimos en el taller , lo seguiremos acompañando en el nuevo TALLER SOL, esto no se termina acá”. Rocío Carolina Gómez, docente de la Alianza Francesa se sumó a las voces de apoyo a la obra del taller, al igual que Sergio Falcón, quien destacó que “el taller Sol siempre tuvo las puertas abiertas a todos los artistas”. Titina Diaz Setuvi: “siempre estarás rodeado por Excelente Amigos como los que te rodean porque sos una Gran persona admirable profesor y Artista y siempre nos recibís con mucha calidez en tu hermoso taller. Todos los que te queremos te seguiremos a tu nuevo domicilio Te Admiro con todo mi corazón” expresó la artista, al igual que Mabel Canto y muchos más. “Me enteré por tus publicaciones que cierra el Taller Sol. Triste me dejó, pero también esperanzado de que puedas continuar con tu labor docente y el acompañamiento a tanta gente que gusta del arte. Un abrazo y mi reconocimiento por tantos años de trabajo. Me hace feliz saber que, de alguna manera, fui también parte de esa historia”, Mario Quinteros, artista, periodista, ex integrante del plantel de Norte.
Para evitar el cierre (y apoyar a los artistas y docentes del taller, sin trabajo) amigos, artistas y familiares realizaron una venta on line (virtual) de obras, que fue un verdadero éxito, pero el final fue irreversible. “Deja una rica escuela de hacedores plásticos y deja también su sangre y sacrificio sin ninguna retribución para su dedicada vida al arte de esta ciudad, con más de siete décadas de vida y cincuenta como artista y docente, siempre trabajando en silencio. Lo digo yo porque el no nunca lo va a decir”. Palabras de Sol Zalazar, su hija y también incansable trabajadora cultural, apoyo fundamental para su padre junto a sus hermanos Felipe y Gonzalo, y su nieta
En fin, “la elegante casona de la calle Arbo y Blanco” quedó en silencio, triste y vacía. Como quedamos muchos de los que fuimos parte de su historia, en mayor o menor medida. Ahora queda el desafío del después. Y el incansable “Profe Zalazar” ya lo adelantó “Nuestro lugar quedó vacío, pero los duendes, pinceles y colores se están mudando a la calle Corrientes al 1600, donde funcionará la “Casa Pueblo” para poder seguir con nuestro trabajo. Gracias a todos”. Si el presente es oscuro, el futuro puede ser luminoso, “El Sol del Taller” volverá a brillar con el apoyo de todos, y el mañana nos encontrará unidos, juntos y creando. Siempre con una sonrisa.
* (El autor es periodista y escritor, comunicador cultural; artista visual. Asesor de Prensa de la Subsecretaría de Juventudes y Diversidades del Chaco. Integrante y colaborador permanente del Taller Sol, durante diez años).