El diputado de Juntos por el Cambio Francisco Romero Castelan es autor del proyecto de ley por el cual propone que cada 28 de julio se declare en el Chaco el Día Provincial de la Concientización, Sensibilización e Información sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHAH). Para ello y como primer paso, este fin de semana tanto en la Legislatura como en el Municipio de Resistencia participó junto con familiares de quienes presentan esta condición de la iluminación de naranja de esos edificios públicos, como una forma de generar conciencia.
La iniciativa se funda en poner en agenda al TDHAH, que usualmente se presenta en población infantil escolarizada.
“Se trata de una condición que se presenta en toda la vida, y que en la infancia puede tener repercusiones negativas en el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño, de ahí la importancia de un diagnóstico temprano”, expresó Romero Castelan.
En lo que respecta a prevalencia, se estima que el TDHAH es una condición que afecta a la población mundial infantil entre un 5% y 10% de su total en edad escolar y es dos veces más frecuente entre los varones.
Esta manera de sensibilización se inició en 2018 cuando se iluminó el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, la propuesta fue creciendo y el año pasado 2023 se mostraron naranjas 156 edificios, instituciones gubernamentales, educativas y espacios públicos.
El naranja surge del rojo, que simboliza la calidez, el amor y el compromiso; y del amarillo, que expresa el intelecto, el cual permite acceder al conocimiento, que se usa como símbolo de organización en el objetivo de la visibilización.
“Éste es un pequeño paso para que las familias sepan que no están solas, que debemos estar alertas ante ciertos comportamientos de niños y adolescentes para realizar las consultas médicas y, en caso de un diagnóstico positivo, trabajar en el entorno familiar y educativo para que no se resienta el proceso de aprendizaje”; dijo Romero Castelan.
LA CONDICIÓN
El TDHAH se define como una condición compleja cuyas causas abarcan varios factores. El diagnóstico es clínico, no hay análisis, ni laboratorio se llega a través de preguntas a familiares y el niño sobre los distintos ambientes donde el niño se desarrolla.
La inquietud que siempre surge es cómo diferenciar a un niño inquieto e hiperactivo con alguien que tiene un déficit de atención, y la respuesta es simple porque al primero no le genera una afectación de su vida diario mientras que al segundo le provoca una disminución en su rendimiento laboral, escolar y social.