Corrientes

CORRIENTES: Describen La Ecología De La Rana Trepadora Hocicuda Enana, Una Especie Común Pero De Biología Desconocida

El equipo de autores del estudio destaca la importancia de profundizar el conocimiento de las especies de anuros considerados «comunes». 

La rana trepadora hocicuda enana Ololygon berthae, posee una amplia distribución geográfica, abarcando desde el sureste de Brasil al centro este de Argentina. Sus poblaciones, tanto a nivel internacional como nacional se encuentran fuera de amenaza, y pese a ser una especie que no está en riesgo, el conocimiento acerca de su historia natural es escaso.

Es que sólo algunos aspectos de su biología reproductiva como sus vocalizaciones, modo reproductivo y características de su hábitat han sido descritos, pero se desconoce su dieta, la fecundidad y características reproductivas cuantitativas, las variaciones en el tamaño, crecimiento y edad.

En ese contexto, recientemente se publicó el artículo «Llenando algunas lagunas de conocimiento en la ecología de la rana trepadora hocicuda enana, Ololygon berthae (Anura: Hylidae)», en el que exponen los resultados de una investigación que posibilitó describir distintos aspectos de esta especie, proporcionando nuevos conocimientos sobre la sexualidad, dimorfismo de tamaño, fecundidad, patrón de actividad reproductiva, edad, crecimiento y dieta.

El trabajo fue publicado en «Herpetological Conservation and Biology», una revista internacional de acceso abierto que publica investigaciones originales revisadas por pares, revisiones y perspectivas sobre la ecología, la historia natural, la gestión y la biología de la conservación de anfibios y reptiles.

El estudio vinculó a investigadores del Grupo de Investigación en Diversidad, Ecología y Conservación de Vertebrados y del Grupo de Investigación en Anfibios y Reptiles (Laboratorio de Herpetología), ambos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE (FaCENA) y contó con la participación de la Lic. Andrea Lezcano, Lic. José Piñeiro, el Dr. Víctor H. Zaracho, la Dra. Alejandra B. Hernando, el Lic. Federico Marangoni y el Dr. Rodrigo Cajade.

«La historia y ecología de aquellas especies percibidas como anuros comunes también debería ser de interés para los biólogos conservacionistas, además de las especies vulnerables y amenazadas«, destacan.

Detalles del Estudio

Para el estudio, se examinó un conjunto de 86 especímenes de múltiples localidades de la provincia de Corrientes.

Entre las principales observaciones, se destaca que O. berthae exhibió dimorfismo de tamaño sexual, y las hembras son en promedio más grandes y pesadas que los machos.

La reproducción de O. berthae ocurrió durante al menos dos períodos de actividad reproductiva: en primavera (septiembre-octubre) y en verano (febrero-marzo) y las hembras contenían un promedio de 331,1 óvulos maduros.

Según la esqueletocronología, ambos sexos alcanzan la madurez sexual al año de edad, mientras que los machos exhibieron una longevidad de 4 años en comparación con 3 años en las hembras.

Los patrones de crecimiento para el tamaño corporal de los machos y las hembras son similares, con una tendencia de las hembras a alcanzar un tamaño asintótico mayor y coeficientes de crecimiento más altos que los machos, aunque estas diferencias no fueron significativas.

La especie mostró una dieta generalista y una estrategia de depredación pasiva de sentarse y esperar a que las presas estén a su alcance. Se identificó el consumo de presas terrestres por parte de O. berthae comportamiento terrestre inesperado para una especie de hábitos trepadores.

Relevancia

En diálogo con UNNE Medios, el Dr. Rodrigo Cajade, investigador de FaCENA-UNNE y de CONICET, destacó que el estudio realizado permitió cubrir «lagunas de conocimiento» en la ecología de O. berthae, lo cual contribuye a mejorar la comprensión de esta especie y podría ayudar a determinar si se necesitan acciones de conservación.

Pero además, indicó que con el estudio de esta especie muy común, se buscó también demostrar la importancia que tiene el estudio de todas las especies de anuros, por más comunes que sean, ya que cada especie presenta sus singularidades, que deben ser conocidas para determinar con mayor precisión su situación de conservación, así como las amenazas que podría enfrentar.

«Además de los nuevos conocimientos sobre la ecología de O. berthae, nuestro estudio señala que utilizar los valores de otras especies similares para evaluar la ecología de una especie común podría dar lugar a estimaciones erróneas durante evaluaciones de conservación«.

Al respecto, desde el equipo de investigación se expuso que, en biología de la conservación, es frecuente que se prioricen los estudios ecológicos de especies amenazadas o en peligro de extinción, lo cual se justifica por la urgente necesidad de acciones de manejo para recuperar poblaciones que se encuentran en peligro o bajo amenaza.

Sin embargo, ello puede generar que sea escaso el conocimiento ecológico de ciertos grupos de animales que habitualmente son designados como de «Preocupación Menor».

Dicha situación puede ocurrir con los anuros, en especies que son muy comunes y que se consideran fuera de peligro, aunque puede pasar que su ecología sea ampliamente desconocida.

Esto podría deberse a que evaluaciones de conservación como las de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) priorizan la extensión de la distribución geográfica de una especie para considerar su grado de amenaza. “Por lo tanto, especies con amplios rangos de distribución geográfica generalmente se encuentran fuera de amenaza, pero llamativamente pueden tener una biología desconocida”, destacó el Dr. Cajade.

En esa línea, señala que la escasez de conocimientos se refleja en algunas evaluaciones, pues existen metodologías para el estado de conservación de los anuros en las que se utilizan datos de la ecología de las especies y consecuentemente, y debido a la ausencia de datos, los biólogos conservacionistas suelen utilizar datos de otras especies relacionadas conocidas para realizar las evaluaciones del estado de conservación.

En el caso de la rana trepadora hocicuda enana, en Argentina fue categorizada como especie No Amenazada, con grado intermedio de especialización ecológica en términos de uso de hábitat, dieta o sustrato y fue clasificada como «Comunes y Frecuentemente Registrados».

Pero desde el equipo de investigadores de UNNE y CONICET señalan que, a pesar del grado de especialización ecológica asumido para O. berthae en su evaluación de conservación, no existen estudios ecológicos sobre esta especie llevados a cabo en los últimos tiempos.

«Nuestros conocimientos adquiridos sugieren que, a pesar de su amplia distribución, O. berthae es probablemente menos abundante que otras especies comunes dentro de su área de distribución», resaltan.

Sobre ello, remarcan que fueron justamente las lagunas sustanciales en el conocimiento de aspectos ecológicos básicos de la especie, las razones que impulsaron a estudiar la ecología de la rana trepadora hocicuda enana.

Perspectivas

Los autores del estudio de ecología de O. berthae, explican que la falta de información ecológica fue reconocida por el Plan de Conservación de Anfibios de Argentina como un problema a abordar para futuras evaluaciones de conservación.

En esa línea, como propuesta para futuros estudios en ecología y conservación de anuros, destacan la necesidad de poner la atención también en la historia y ecología de aquellas especies percibidas como comunes, lo cual podría proporcionar un enfoque preventivo útil, especialmente en aquellos países con un bajo porcentaje de especies amenazadas o con un gran número de especies comunes.

“Claramente se evidencia una tendencia hacia financiar y apoyar investigaciones en especies en peligro o amenazadas que generan un sesgo en perjuicio del estudio de especies comunes, pero de las cuales desconocemos en muchos casos gran parte de su biología”, sostiene el Dr. Cajade.

Acota que tener la oportunidad de estudiar estas especies, de más fácil acceso por su amplia distribución geográfica, antes de que pasen a engrosar la lista creciente de especies amenazadas debe ser, bajo un fundamento preventivo, un nuevo objetivo para los biólogos conservacionistas y comenzar a figurar como una categoría de financiamiento en los organismos que fomentan la conservación de la naturaleza.

También se expone la necesidad de lograr un aumento en el esfuerzo dedicado al estudio de los rasgos demográficos de la historia de vida de las especies, lo que podría generar que las evaluaciones sean más precisas.

«Los resultados obtenidos en este trabajo, permitirán realizar evaluaciones más precisas sobre el estado de conservación de esta especie y su implementación para establecer estrategias de conservación adecuadas», concluyeron.