La policía, que se encontraba realizando tareas de prevención en la zona, se dirigió al lugar de inmediato para verificar la información.
Al arribar, los efectivos confirmaron que efectivamente se trataba de restos humanos, entre los cuales se encontraba un cráneo y varios huesos. Lo que llamó la atención de los investigadores es que algunos de los huesos tenían pegados papeles con nombres, lo que sugiere que podrían haber sido utilizados por estudiantes de medicina para prácticas.
El hecho fue comunicado al fiscal de turno, quien, tras recibir el informe de los oficiales, dispuso que los restos fueran secuestrados y enviados al Instituto Médico de Ciencias Forenses (IMCIF) para ser sometidos a las pericias correspondientes. El objetivo es determinar la procedencia de los restos y esclarecer si realmente pertenecen a materiales utilizados en prácticas académicas o si se trata de un caso de mayor gravedad.
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