Hoy María Luz Jara Caballero vuelve a Chaco para pasar las fiestas, y comenzar un año muchísimo mejor.
María Luz, más conocida como Luli, lucha desde los 10 años con un cáncer de hueso, el cual se había ramificado y causaba mucho temor y preocupación en su familia, y más en ella. Cuando comenzó a despedirse de los múltiples pinchazos y medicamentos que la mantenían en pie, un bulto comenzó a asomarse en una de sus mamas.
Pero esto no la dejó tambaleando, sino que se puso cada vez más fuerte, y le hizo frente al tumor que la obligaba a continuar con tratamientos invasivos y cirugías para combatir este nuevo cáncer.
Un año cargado de viajes, entre Buenos Aires y Chaco, con esos tratamientos que hacían sus días eternos. Pero hoy, domingo 22 de diciembre, Luli se despidió de dos años y cuatro meses de tener al Hospital Garrahan como su segundo hogar.
Luli se levantó de la silla de ruedas, abrazó a Gladys, la seguridad del nosocomio que estuvo con ella acompañándola desde el primer momento, un abrazo eterno y cargado de emociones, y se dirigió a la entrada, a la campana de la victoria, aquella que muchos desean con ansias tocarla y despedirse con la frente en alto. Hoy le tocó a ella, una niña de tan solo 12 años que combatió como una gran guerrera contra la enfermedad más vil del mundo, y ganó la batalla.
María Luz vuelve a Chaco, y en sus redes sociales, se despidió así:
“De esta manera me despido del Hospital Garrahan,mi segundo hogar durante estos 2 años y 4 meses,toque la campana,Si!!!…
La toqué porque pienso que todos nos merecemos no solamente en un alta o última quimio, pasé por todas esas experiencias, la toqué porque cerré un ciclo en ese lugar que tanto Amor me dio, en Gladys de seguridad, las secretarias, los que me sacaban sangre para mis hemogramas, las de limpieza, doctores, enfermeros, camilleros y amigos que fui conociendo en este tiempo.
Toqué la campana también por aquellos que no lo pudieron hacer, porque ellos también la lucharon y tuvieron el alta junto a Dios, nuestro gran sostén.
A mis amigos que aún seguirán yendo les digo, permítanse también tocar la campana en cada ciclo de quimio que terminan nos super merecemos, aunque terminemos destruidos de tantos pinchazos, nos re merecemos ese sonido de libertad!!! Porque para nosotros es una fiesta terminar un ciclo y descansar un tiempo.
Hoy me despido de este lugar para estar en mi Chaco en esta etapa de mi tratamiento, junto a mi familia y amigos, estar en casa es mucho mejor y no pierdo la Fe y Esperanza que todo va a estar bien.
Gracias a todos los que conocí…me salvaron la Vida y pude disfrutar estos años en Bs.As, los voy a extrañar, pero siempre estarán en mi corazón.
Chaco…allá voy”
Fuente: Diario22.ar