Desde muy temprano, los vecinos sacaron sus elementos en desuso y los más de 20 operarios llevaron adelante esta intervención ambiental.
Y la gente reconoció esta labor, como ser Mario Culaciatti, quien además de refrescar con botellas de agua a los empleados, diciendo que “nunca se hizo esto, el año pasado una vez pero en las gestiones anteriores no hubo nada”.
“Ahora se están moviendo más, hay trabajos de mantenimiento en el barrio”, indicó.
Sobre lo que dejó para que retiren, consignó que “teníamos bastantes cosas que no queríamos tirar a la calle, como ser botellas, lavarropas viejos, cubiertas que podían juntar mosquitos u otros bichos”.
Por su parte, la presidenta de la comisión vecinal, Patricia Acosta, recordó que desde la gestión anterior pedíamos este descacharrado, esta es una zona rural, interurbana y tenemos muchos espacios baldíos”.
“Con esta intendencia encontramos respuestas, por eso trabajamos de manera conjunta con otras comisiones para obtener estos resultados”, subrayó.
Asimismo, el secretario de Servicios, Néstor Dellamea, recordó que “estamos en toda la ciudad, buscamos evitar la proliferación del dengue”.
Aclaró que los cacharros recolectados son divididos entre los que se reciclan y aquellos irrecuperables, que son destinados al centro de disposición final de María Sara.