Se debían construir 170 viviendas con un presupuesto de 605 millones de pesos, y se terminaron solamente 15 viviendas; sin embargo, se ejecutó una suma de 631 millones de pesos.
“Se terminaron solamente 15 viviendas de las cuales solamente 5 tienen todos los servicios”, aseguró el diputado. “Pero esto no es lo peor, sino que las pocas viviendas en condiciones se entregaron a parientes e hijos de los gerentes de Capitanich”, agregó refiriéndose a la supuesta complicidad entre la entonces coordinadora del equipo socioterritorial designada por la Secretaría de Desarrollo y Ambiente, Marta Soneira, y las organizaciones que definían para hacer viviendas, entre las cuales se encontraban la de su hijo, su nuera y la hija.
La coodinadora designada, a su vez, era tesorera de una de las organizaciones definidas para llevar a cabo la construcción. “Se entregaron 88 millones de pesos (al día de hoy 207 millones) para viviendas que no tuvieron inicio de obra”, afirmó Gyoker. Para una de esas obras, la hija de la coordinadora habría recibido 10,4 millones de pesos (que al día de hoy estarían valorizados en $24 millones) para viviendas que ni siquiera tenían lote.
“El mismo mes le dieron el adelanto de obra a todas, a los 6 meses le dieron una redeterminación por inflación de ese adelanto y ninguna completó ni el primer certificado de obra”, aseguró el joven liberal. “Todo esto terminó con decenas de viviendas entregadas sin techo, aberturas y ninguna condición de habitabilidad”, concluyó.