“Por supuesto que sigue siendo nuestro anhelo volver muy pronto a la escena en formato presencial. Pero confiamos en que esta era pandémica pasará, y apostamos a cuidarnos entre todos y todas, para poder volver pronto a la convivencia y el disfrute. Mientras tanto la verdad es que nunca nos detuvimos, nuestras actividades siguen vigentes y trascendiendo fronteras a través de las redes sociales, la pantalla del canal Chaco TV y las plataformas del ICCH”, manifestó su directora, Lic. Mariela Alarcón.
“El desafío creativo es constante, tanto en estas circunstancias como en otras. La misión en esta coyuntura ha sido adaptarnos y recrearnos. La danza contemporánea que proponemos abunda en cruces técnicos con otros lenguajes, lo que configura un complejo entramado tanto físico- corporal como emocional. La escena laboral cotidiana, plena de reuniones operativas, clases de entrenamiento, ensayos y creaciones, se trasladó en algunos momentos a las casas, gracias a los soportes tecnológicos y a los trabajadores y editores que acompañaron dicha odisea”, describió.
Conformación
El BCC se conformó el 21 de junio de 2009 mediante un concurso público para diez bailarines y bailarinas, designación de Dirección Artística y equipo. Aquella jornada memorable se concretó en el Complejo Cultural Guido Miranda, con un jurado compuesto por Alejandro Cervera, Carlos Trunsky, Lucas Garcilazo y Mariela Alarcón.
Ese elenco pionero quedó formado por Giselle Bogado, Lourdes Orellanoz, Antonella Ojeda, Rocío Barreto Mercado, Betiana Pujol Cajal, Nicolás Chávez, Rodrigo Exequiel Etelechea, Rodrigo Pujol Cajal, Lisandro Sosa y Martín Candia; y se completaba con Mariela Alarcón (Dirección General), Lucas Garcilazo (Director Adjunto), Luis Sosa (Regisseur), Érica Ferrazzano, María Kuhmichel (Maestras) y Mariana Del Valle (Administración).
A partir del 15 de octubre de dicho año, en el marco de su gestación como cuerpo artístico, el BCC llevó adelante su programa inaugural con una gira por localidades chaqueñas, que culminó en Resistencia. Las obras de estreno incluyeron a los coreógrafos Leonardo Cuello, Marilyn Granada, Lucas Garcilazo y Mariela Alarcón. En esos tiempos iniciales, el elenco ensayaba en los salones del I.S.P.E.A. Danza & Teatro.
“De esa primera época quisiera destacar el aporte de Lucas Garcilazo, como coreógrafo y gestor cultural. Muchas de sus obras, con compromiso social e histórico, siguen vigentes en el repertorio del Ballet”, evocó Alarcón.
Al año siguiente, en 2010, el Ballet Contemporáneo del Chaco tendría su sede definitiva, en el primer piso de Casa de las Culturas. La directora manifestó: “Esto nos permitió tener una amplia sala de ensayos, con unas condiciones inmejorables en cuanto a la infraestructura, muy adecuada para el desempeño del Ballet. También contar con camarines, oficinas de producción y de dirección, y demás instalaciones que hacen a la comodidad y productividad”.
Con el correr del tiempo se fueron sumando y rotando las y los bailarines, maestros, técnicos, directores y creativos, tanto locales como externos. Y el Ballet fue sumando presentaciones y giras por Argentina y los países limítrofes.
Actualmente el BCC cuenta con un elenco integrado en su mayoría por mujeres: María Cristaldo Correa, Irina Palandella, Celeste Reinoso, Daiana Soto, Eliana Jara, Rocío Barreto Mercado, Lourdes Orellanoz, Giselle Bogado, Javier Vraskha, Gastón Tehant y Federico Fernández.
Los asistentes coreográficos son Lisandro Sosa y Martín Candia. Y el equipo se completa con la maestra en danza clásica Érica Ferrazzano, la vestuarista Verónica Pereyra, el iluminador Federico Monzón, el mantenimiento de Silvana Nieva, y la administración de Mariana Del Valle. La dirección General y Artística está en manos de la Lic. Mariela Alarcón.
La directora adelantó: “Próximamente también nos van a entregar unos bienes muy importantes para el elenco, como una máquina de coser para la labor de la vestuarista, indumentaria especializada para nuestro personal técnico, y una baulera – realizada en un trabajo en conjunto con la dirección de Casa de las Culturas y el Ministerio de Infraestructura de la provincia – donde van a resguardarse nuestros vestuarios, elementos de utilería y escenografía. Estos son bienes que potencian al sector y auguran más desarrollo profesional para las producciones artísticas”.
Para conocer sobre las actividades y producciones que el cuerpo artístico lleva adelante se puede visitar la fanpage de Facebook del Ballet Contemporáneo del Chaco y el Instagram @balletcontemporaneodelchaco. Forma parte del programa Patrimonio Activo del Instituto de Cultura, destinado a poner en valor el patrimonio cultural y natural de la provincia, sus museos, centros culturales y elencos.
Trabajo federal
Otra de las labores que encaró el elenco, con el apoyo de la presidencia del Instituto de Cultura del Chaco, fue acompañar al Movimiento Federal de Danza. Este espacio que nuclea a referentas y referentes de la danza de las distintas regiones del país, tiene como finalidad trabajar en pos de la sanción de una Ley Nacional de Danza y la creación de un Instituto Nacional para dicha disciplina, que ampare y regularice a todas y todos los trabajadores de la danza argentinos.
“Es un desafío presente con visión de futuro. Así como la música tiene un INAMU y el teatro un INT, a la danza le está faltando este núcleo institucional”, definió Alarcón.
“Desde el Instituto de Cultura, el Ballet articuló esfuerzos con el departamento de Danza y con el Centro Cultural Ítalo Argentino. Estuvimos trabajando con el Movimiento Federal de Danza apoyándonos y participando, poniéndonos en agenda. Tiene que ver con un pensamiento de construcción colectiva, con una mirada federal, pues estamos insertos en la comunidad de la danza”, agregó.
Trascendencia del BCC
La creación del Ballet Contemporáneo del Chaco posibilitó el camino de la profesionalización de la danza en nuestro medio, y actualmente el elenco es un notable referente de la región y el país. Cabe destacar que las y los bailarines acceden por concursos o audiciones públicas como reválidas internas.
El Instituto de Cultura, a través de su Ballet Contemporáneo, tiene como principal objetivo difundir el arte de la danza, a través de la aplicación de distintas técnicas, ya sean clásicas, contemporáneas y folclóricas, lo que permite potenciar intérpretes tan versátiles como veraces. Su amplio repertorio de carácter universal, que hace hincapié en los rasgos identitarios de cultura chaqueña (constituida por criollos, inmigrantes, pueblos originarios y afrochaqueños), tiende al fortalecimiento e integración del complejo tejido socio cultural provincial.
Tras más de diez años abocados a la tarea, el BCC se ha convertido en un emblema de arte, trabajo en equipo y testimonio de creatividad, enfrentando con el lenguaje y las herramientas de la danza los avatares de la historia.
“Hay que recrearnos todo el tiempo, y la situación sanitaria actual es un desafío más. A través de la campaña de vacunación que está avanzando exitosamente lograremos inmunizarnos, y esto nos va a permitir superar esta instancia. Podremos tener contactos más fluidos, sin tener que aislarnos, y volveremos a vivir enlazados en comunidad”, expresó Alarcón.
“Esta disciplina es abrazo, es contacto, así que eso es lo que más deseamos. Si bien los paradigmas cambiaron y los medios tecnológicos nos transportan, los humanos deseamos la cercanía. Y la danza es una manera más de estar en unión, una forma de amor y bienestar”, agregó.
MUJERES DEL BCC: “ESTE BALLET SE MANTIENE FUERTE Y FIRME EN SUS CONVICCIONES”
El Ballet Contemporáneo del Chaco, dependiente del Instituto de Cultura, el lunes 21 de junio celebró su 12 aniversario, habiendo recorrido distintos escenarios de la provincia, el país y el exterior. El elenco artístico está compuesto en su mayoría por mujeres, con quienes pudimos conversar y conocer de cerca su pasión, sus desafíos, la maternidad, y cómo se vivió la danza en contexto de pandemia. La charla se realizó en el marco de la agenda Ahora que sí nos ven.
La agenda forma parte del programa Diversidad Colectiva, que busca fomentar espacios de formación, reflexión y producción de sentido que fomenten la construcción colectiva en el pleno respeto de nuestras diversidades. Con una mirada transversal decolonial y con perspectiva de género para garantizar, visibilizar, potenciar y promover el respeto hacia la multiplicidad de identidades que conforman nuestra cultura. El cuerpo de baile, integra el programa Patrimonio Activo, con el que el Instituto pone en valor sus elencos estables, centros culturales y museos.
Actualmente las mujeres que lo integran son: María Cristaldo Correa, Irina Palandella, Celeste Reinoso, Daiana Soto, Eliana Jara, Rocío Barreto Mercado, Lourdes Orellanoz, y Giselle Bogado. El equipo detrás de escena está compuesto por Mariela Alarcón (Dirección General y Artística); Érica Ferrazzano (Maestra); Verónica Pereyra (Vestuarista); Silvana Nieva (Maestranza); y Mariana Del Valle (Logística administrativa).
¿Cuáles fueron las razones que las motivaron a ser bailarinas?
“Las razones son muchas, y surgieron desde muy pequeña. Siempre me gustó, le decía a mi mamá que iba a bailar. Luego, mis padres se separaron, y mi mamá me llevó al ISPEA y ahí me quedé. Ahí encontré un lugar de sostén, sobre todo para ese momento que me tocaba atravesar. Me terminé quedando, por todo lo que me pasaba con la danza. De hecho, me sigue pasando lo mismo, es lo que me motiva, es mi canal, mi medio de expresión”, expresó Giselle Bogado, bailarina del elenco estable, al cual pertenece desde su creación.
“Soy bailarina por muchas razones. Mi mamá es un pilar fundamental en todo esto. Fue la que me impulsó a seguir y no parar desde muy chica. Ella logró convencerme de que siga, y gracias a eso pude tener títulos de maestra y profesora en danzas. Se lo agradezco a ella”, señaló Rocío Barreto, bailarina del BCC. Asimismo, agregó: “Pertenezco al BCC desde hace 12 años recién cumplidos. Agradecida y orgullosa de pertenecer a este staff que dio inicio a este proyecto. Fueron cambiando muchos compañeros, no estamos todos los pioneros. Este ballet se mantiene fuerte y firme en sus convicciones”.
De su profesión ¿qué es lo que menos les gusta y cuál es su momento preferido?
“Lo que menos me agrada es la competencia que existe dentro del ambiente de la danza. El bailarín es egocentrista. Pero tiene sus momentos buenos, el bailar, el disfrutar, lo conecta con uno mismo y con el resto. Es el cable a tierra. Así como nuestra familia es nuestro cable a tierra, también la danza lo es. Es el canal de expresión artística”, señaló Barreto.
“Por ahí lo que menos gusta, es tener que estar luchando continuamente con la validación artística. Dentro de las artes, la danza es la menos valorada. Tengo la suerte enorme de estar en este Ballet. Allá por el 2007, la única opción para vivir de la danza, era que te vayas del Chaco porque no había nada”, rememoró Bogado. Luego, recordó sus grandes momentos junto al BCC: “El momento en que se creó el BCC fue muy importante para mí. También, lo fue trabajar con personas como Carlos Trunsky, Alejandro Cervera, que fueron increíbles. Haber tenido esas experiencias tan personales con ellos, fueron bellísimas y el haber logrado las piezas que alcanzamos también. Otro de mis momentos preferidos fue haber experimentado la maternidad con mi hija, y poder subir al escenario con ella”.
¿Qué sienten cuando bailan?
“La danza es mi medio de expresión, desde el sentir felicidad hasta atravesar los momentos más tristes. Subí al escenario en momentos difíciles personales, donde me sostuvo y aún me sostiene, tanto de manera individual, como cuando subo con mis compañeros de elenco. La danza me hace sentir viva, plena. Es poder conectarme conmigo”, expresó Bogado.
“La danza es la expresión de las emociones. Es lo que a una la lleva a bailar. Lo que a veces no quiere hablar, y no le sale. Lo hace a través de la danza. Que disfruto mucho hacerlo”, dijo Barreto.
¿Cuáles fueron y son los desafíos que tuvo que enfrentar la danza en esta pandemia?
“El espacio físico fue un gran desafío, la voluntad también. El hecho de no poder contar con un lugar en donde hacerlo fue difícil. La pandemia fue lo peor que pudo pasar, pero creo que fue una gran oportunidad para reinventarnos, reinventarme. Tuve la posibilidad de poder conectarme con contactos de afuera, poder capacitarme desde otros lugares”, expresó Bogado. Asimismo, aclaró: “después de unos meses se extrañaba mucho el contacto físico, las miradas, la complicidad con el otro”.
Por su parte, Barreto contó: “La pandemia fue difícil. A nadie le gusta trabajar de manera virtual, no a todos, a algunos tal vez sí. Sobre todo al artista, el artista es alguien que conecta con el otro en la cercanía. El hecho de estar alejados a través de una pantalla no ayudaba. Además, fue difícil no tener un lugar acondicionado para la danza”.
¿Creen que las mujeres se han ido empoderando a través de la danza?
“No siento que las mujeres se hayan empoderado a través de la danza. Creo que lo hicieron a través de este hermoso proceso que están haciendo las mujeres para llevarlo adelante, por las luchas de estas mujeres. Siento que el arte es una consecuencia de lo que pasa socialmente. Siempre en la danza se vivió un ambiente machista, y siento que hoy lo pensamos desde otro lugar. Tratamos de reveer, también de ser más críticos de lo que estamos haciendo. Siento que este empoderamiento dado por el contexto, ojalá siga evolucionando y sigamos aprendiendo”, detalló Bogado.
“La mujer como en todos los ámbitos, en la danza ha tomado su lugar de a poco. Dentro de la danza, fue donde la mujer siempre fue mal vista por los movimientos que hacía. Se decía que eran movimientos provocadores. Usar poca ropa en un escenario era mal visto. La mujer se apropió de esas opiniones y las transformó, las enfrentó. Ya no cae en el papel de víctima, como era antes. Ahora es una persona fuerte, y lo expresa”, destacó Barreto. Seguidamente, agregó: “Históricamente gracias a las luchas de las mujeres, la mujer se sintió más acompañada, más liberada. Porque sabe que no está sola”.
¿Cómo se vive la maternidad en la danza?
“Es difícil la posición de la mujer en la danza, y la maternidad es una de las cosas difíciles. La decisión de ser madres, nos pone en general a nivel profesional en un lugar muy vulnerable. Maternar es complejo. Soy muy agradecida, porque mi maternidad fue maravillosa. Me cambió, como bailarina, como compañera. Me volví más sensible. Desde el momento en que decidí tener a Eva, transité y disfruté cada momento junto con mi compañero. Pensaba que maternar me iba a costar, que no iba a poder bailar, sin embargo hice todas las cosas. Siempre digo que Eva me devolvió la vida a mi. También tuve el apoyo del Ballet, y de los diferentes elencos con que trabajaba de manera privada que apoyaban mi maternidad”, contó Bogado. Luego, añadió: “Por suerte tengo un equipo, un sostén que me permiten que mi maternidad pueda ser disfrutada y pueda convivir con la danza, que es bastante complejo. A nivel nacional, existen varios movimiento de bailarinas que fueron mamá, y que están luchando por los derechos, porque no todos tienen la suerte que yo tuve. De tener un espacio donde nos permiten convivir de esta forma, que el niñe esté en el espacio de trabajo, que se entienda, que se respete”.
“En mi caso, lo viví desde otro lugar porque estaba pasando por un problema de salud que impedía que pudiera bailar, así que más bien acompañé a mis compañeros y se vivió algo muy lindo. Son desafíos que tuve que afrontar, disfruté muchísimo de ambos embarazos. El antes y después de ellos, me trajeron muchas lindas experiencias con los coreógrafos que trabajamos. El segundo embarazo fue mi canal de apertura de nuevos desafíos, como encarar mi propia compañía. Me dejó hacer todo, concretar el sueño y poder parir este proyecto casi en el mismo momento desde su nacimiento,” concluyó Barreto.